28 de marzo de 2014

4.7 Ecuaciones Cosmológicas Generales y filosóficas (Ecuaciones inconclusas de Einstein)


 Ecuaciones Cosmológicas Generales y filosóficas (Ecuaciones inconclusas de Einstein)


     Primero que nada, quiero repetir una vez más, cuales son las coordenadas metodológicas de éste ensayo: Materialismo Dialéctico Actualizado, es decir, Materialismo Filosófico. En ningún momento, pretendo que estas formulas sean consideradas científicas, pues este no es un libro de ciencia. Su materia prima, son las conclusiones científicas de la física teórica y de la matemática, claro que sí, pero como explique al principio, los postulados generales de éste ensayo (es decir, estas ecuaciones), no pueden ser criticados científicamente, sino únicamente de manera filosófica. Y no desde cualquier coordenada filosófica, sino desde las coordenadas del Materialismo Filosófico (Materialismo Dialéctico actualizado).
Tampoco pretendo ser “más inteligente” que Einstein, pues la razón por la que él no pudo dilucidar estas ecuaciones, es porque el momento histórico en el que él vivió, no se había desarrollado la mecánica cuántica en primer lugar, y en segundo lugar, porque él no tenía el lenguaje “general” (filosófico) para unificar las categorías cosmológicas. La única razón por la cual yo sí pude dilucidar estas ecuaciones, es porque estoy en un momento histórico más avanzado que el de Einstein, y porque estoy usando el lenguaje metodológicamente correcto para hacerlo. A esto hay que agregarle un poco de persistencia investigativa y Voila!.
Entonces ¿Quién es más inteligente? ¿Einstein o yo?. Esta pregunta es ridícula de principio a fin. La inteligencia simplemente no puede ser medida en términos de ecuaciones. A pesar de los esfuerzos académicos por medir el coeficiente intelectual de las personas, recordemos que la inteligencia y la creatividad, en realidad se manifiestan cuando se trabaja de manera interdisciplinaria. Todos los postulados de éste ensayo, son la “reunión” interdisciplinaria, de varias ciencias, a lo largo del tiempo. Todos los seres humanos son igual de inteligentes. Algunos son más diestros con los números, y otros son más diestros con las letras. Otros son más diestros en los deportes, otros en las artes. ¿Podría asegurar entonces que Einstein es más inteligente que Bach?. ¿O que Beethoven es más inteligente que Michael Jordan?.
Tal como se lee en este artículo periodístico:
Misterio resuelto: el cerebro de Einstein no era único
Publicado: 30 may 2014 | 18:47 GMT Última actualización: 30 may 2014 | 18:47 GMT
“Una mala interpretación de las investigaciones neurológicas del cerebro de Einstein determinó que el genio poseía unas capacidades extraordinarias. Un nuevo estudio demuestra que el cerebro de Einstein no tenía nada de especial.
A lo largo de los últimos 60 años muchos científicos, periodistas y seguramente muchos de nosotros nos preguntamos si el famoso físico alemán, Albert Einstein, tenía algo en su cerebro que lo hiciera intelectualmente superior al resto del mundo. Nada que la neurociencia moderna no pueda desvelar. Este es el trasfondo de un artículo provocativo del psicólogo de la Universidad Pace de Nueva York, Terence Hines, recién publicado en la revista 'Brain and Cognition'.        
El cerebro del físico fue presuntamente preservado durante años tras su muerte en 1955 e investigado en secreto para descubrir qué tenía de diferente, qué lo hacía el mejor de todas las grandes mentes del siglo XX. Diversas investigaciones neurológicas con base en las fotos del cerebro hechas desde diferentes ángulos originaron el mito de la naturaleza única de Einstein. Las investigaciones histológicas no representan pruebas convincentes de las diferencias entre el cerebro de Einstein y el del resto de personas, destaca Hines.

"Eso no debería ser ninguna sorpresa. El cerebro es una estructura compleja. Es ingenuo creer que los análisis de unas rebanadas pequeñas del cerebro pudieran revelar todo lo relacionado con las capacidades cognitivas del cerebro", dijo Hines.
Hines critica también la lógica neuroanatómica de explicar la mente de Einstein por el tamaño y la forma. Algunas partes en la estructura de su cerebro han sido presentadas como "anormales".
La mistificación y la cuasi adoración que la ciencia de la física de hoy hace de Einstein y Newton, es similar a la cuasi adoración que los argentinos hacen de Diego Maradona. El ser humano, tiende a divinizar a las personas que sobresalen del resto. Esta supuesta “divinidad” no tiene nada de divino. Es simple y puramente “persistencia”. El hecho que el ser humano, divinice a casi cualquier persona, y exagere sus atributos cualitativos, explica por qué razón creemos que los extraterrestres que probablemente nos visitaron en la era del paleolítico, y modificaron nuestro ADN homínido, los consideremos DIOSES que controlan cada uno un elemento diferente, y luego en un único DIOS que creo todo el cosmos. Luego que la ciencia derriba todas estas estupideces, entonces la estupidez reaparece cualitativamente superior, en forma de El Big Bang. Pues bien el propósito de éste ensayo, y en particular de las siguientes ecuaciones, tienen como objetivo, derribar la teoría del Big Bang. Vemos pues que el progreso del intelecto humano, cada vez más des enmascara las artimañas de la clase dominante, cuyo aliado; la religión, nos pretende vender al resto del mundo, que el orden social, es ordenado por Dios, y que no debemos indagar en los misterios de la materia.
¿Tendrá fin esta lucha entre la religión y el pensamiento racional (ciencia y filosofía materialista).? La respuesta es clara; Mientras exista lucha de clases, existirá la religión. Esta se adaptará a los sistemas de creencias actuales, y utilizará los descubrimientos científicos, para que supuestamente “prueben” sus postulados sionistas. Lamentablemente los científicos son seres humanos, que crecen en hogares religiosos, así que inevitablemente los científicos, seguirán siendo presas del misticismo cuando hagan sus conclusiones. Estas llevarán siempre la tendencia hacia la falacia, pero por esa razón, es que la filosofía del Materialismo Dialéctico y filosófico, inevitablemente también crecerá, se desarrollará aún más que las ecuaciones que continuación humildemente se presentan, pero primero, analicemos los elementos que debería contener cualquier ecuación cosmológica. Estos son los elementos:
(FG) – M – (FG)’.
(donde F= a la Fuerza Electronuclear; Fuerza nuclear débil, Fuerza nuclear fuerte y Electromagnetismo. G= Gravedad. M= Materia Masificada)
Como ya hemos postulado, la unidad y lucha de contrarios entre las fuerzas de repulsión (Fuerza electronuclear) y las fuerzas de atracción (gravedad), están unidas de manera dialéctica, lo que genera una acumulación cuantitativa, que es rebasada por un salto cualitativo formando materia masificada (Estrella por ejemplo), luego las contradicciones siguen inherentes en la materia másica. La fuerza electronuclear genera repulsión, pero está atrapada en un halo gravitatorio enorme. Esto genera una acumulación másica, hasta que la cantidad sufre otro cambio cualitativo, y se genera una súper nova. La materia ahora pasa de estar aglutinada, a estar dispersa. En esta etapa, la fuerza electronuclear prevalece sobre el halo gravitatorio, y se riega la tela espacio/tiempo con esta combinación de nuevos elementos (cualidades) que se formaron en la unidad dialéctica estelar.
Si vamos a formular una ecuación, ésta debe necesariamente resumir el párrafo anterior, en unas cuantas proposiciones lógicas. El párrafo anterior, da la idea de un “ciclo”, pero la fórmula no debería dar la idea de un simple “ciclo” bidimensional, sino una idea “esférica”. Incluso no una esfera perfecta, sino una esfera imperfecta, que en realidad parezca más un toroide.
Para hacer una ecuación de El Todo, se necesita un lenguaje GENERAL. Esta ecuación no se puede hacer con un lenguaje específico (es decir, científico). Sabemos bien que la realidad objetiva se divide entre El Todo y las Partes. Las partes son analizadas por la ciencia, el todo por la filosofía. Esta es la principal razón por la cual un científico como Einstein, jamás podría (con un lenguaje científico –es decir específico), hacer nunca una teoría de El Todo (que requiere un lenguaje filosófico –es decir general). Ni Einstein, ni ningún otro científico, pues no es trabajo de la ciencia investigar la generalidad. Sabemos que en el proceso de conocimiento se realiza el ANALISIS y la SINTESIS, así que en pocas palabras: El Análisis lo hace la ciencia. La síntesis la hace la filosofía. ¿Estará de acuerdo algún día la ciencia con la filosofía? La respuesta es obvia; no. La filosofía y la ciencia nunca podrán estar de acuerdo, pues la ciencia y la filosofía son contrarias (es decir complementarias), una busca la especialización, y la otra la generalización. Pretender que un científico descubra la ecuación de El Todo, es tan ilógico como que un filósofo descubra la cura para el cáncer. Pero entonces ¿Qué es mejor? ¿La ciencia o la filosofía?. Estas preguntas carecen de sentido, pues equivalen a decir: ¿Qué es mejor? ¿El análisis o la síntesis?. En resumen, ni Einstein, ni Hawking, ni ningún otro científico podrán jamás descubrir la ecuación de El Todo. No tienen el lenguaje ni el pensamiento para hacerlo. No están programados para pensar en generalidades. Es trabajo de la filosofía describir las ecuaciones de El Todo, de ordenar y sistematizar de manera lógica y coherente, todo lo que la ciencia encuentra. La ciencia va adelante, la filosofía va atrás. La ciencia descubre tantas cosas todos los días, que forma un tremendo “caos” de información. La filosofía simplemente le da “orden” al “caos”. Mientras los científicos, físicos etc. No entiendan que el cerebro humano funciona en: Análisis y Síntesis y que la potenciación de estos conceptos a nivel social e histórico es ciencia y filosofía, seguirán buscando en vano. Así como Pizarro buscó por mucho tiempo la ciudad de El Dorado sin encontrarla, así como se quiere encontrar el final de un arcoíris así estarán buscando en vano, los científicos (especialistas) una teoría general que explique todo.”
Stephen Hawking: “En la teoría clásica de la gravedad, basada en un espacio tiempo real, hay solamente dos maneras en las que puede comportarse el cosmos: o ha existido durante un tiempo infinito, o tuvo un principio en una singularidad dentro de algún tiempo finito en el pasado. En la teoría cuántica de la gravedad, por otra parte, surge una tercera posibilidad. Debido a que se emplean espacio-tiempos euclídeos, en los que la dirección del tiempo está en pie de igualdad con las direcciones espaciales, es posible que el espacio-tiempo sea finito en extensión y que, sin embargo, no tenga ninguna singularidad que forme una frontera o un borde.”
Hawking “casi” puede ver, la forma toroidal de la materia, pero su mente especialista no le permite ver más allá, del horizonte categorial que él domina.
Sin embargo, Mandelbrot hace una corrección a la mente lineal de Hawking:
Wikipedia: “Según B. Mandelbrot, un objeto es auto similar o auto semejante si sus partes tienen la misma forma o estructura que el todo, aunque pueden presentarse a diferente escala y pueden estar ligeramente deformadas.”
Los fractales (figuras esencialmente toroidales en dos dimensiones) pueden presentar tres tipos de auto similitud:
Auto similitud exacta. este es el tipo más restrictivo de auto similitud: exige que el fractal parezca idéntico a diferentes escalas. A menudo la encontramos en fractales definidos por sistemas de funciones iteradas (IFS).
Cuasiautosimilitud en el conjunto de Mandelbrot: al variar la escala obtenemos copias del conjunto con pequeñas diferencias. Cuasiautosimilitud: exige que el fractal parezca aproximadamente idéntico a diferentes escalas. Los fractales de este tipo contienen copias menores y distorsionadas de sí mismos. Matemáticamente D.Sullivan definió el concepto de conjunto cuasiauto-similar a partir del concepto de cuasi-isometría. Los fractales definidos por relaciones de recurrencia son normalmente de este tipo.
Auto similitud estadística. Es el tipo más débil de auto similitud: se exige que el fractal tenga medidas numéricas o estadísticas que se preserven con el cambio de escala. Los fractales aleatorios son ejemplos de fractales de este tipo.
Wikipedia: “Las formas fractales, las formas en la que las partes se asemejan al “todo”, están presentes en la materia biológica, junto con las simetrías (las formas básicas que solo necesitan la mitad de información genética) y las espirales (las formas de crecimiento y desarrollo de la forma básica hacia la ocupación de un mayor espacio), como las formas más sofisticadas en el desarrollo evolutivo de la materia biológica en cuanto que se presentan en procesos en los que se producen saltos cualitativos en las formas biológicas, es decir posibilitan catástrofes (hechos extraordinarios) que dan lugar a nuevas realidades más complejas, como las hojas que presentan una morfología similar a la pequeña rama de la que forman parte que, a su vez, presentan una forma similar a la rama, que a su vez es similar a la forma del árbol, y sin embargo cualitativamente no es lo mismo una hoja (forma biológica simple), que una rama o un árbol (forma biológica compleja).”
Mandelbrot eleva un poco más la idea de Hawking, acerca de la forma del cosmos. Ya Engels había explicado casi un siglo antes que:
Engels; “El contenido mental de los dos pasos citados puede resumirse en la proposición que contradicción = contrasentido y, por tanto, no puede presentarse en el mundo real. Esta proposición puede tener para gente de entendimiento normalmente sano la misma validez evidente que pueda tener la proposición de que lo recto no puede ser curvo ni lo curvo recto. Pero el cálculo diferencial, a pesar de todas las protestas del sano entendimiento, pone en ciertas circunstancias la igualdad de lo recto y lo curvo, y consigue con ello éxitos que no consigue jamás el sano entendimiento aferrado a lo absurdo de la identidad de lo recto y lo curvo”.
Es decir: ¿Es errónea la idea del plano que Descartes planteó?. La respuesta obvia es NO. El incremento aritmético es lineal, pero también es curvo, como lo expliqué anteriormente. Es y no es, simultáneamente; unidad y lucha de contrarios.
El número “π” es igual a 3.14159265359…. ¿Filosóficamente que significa esto?.  Es la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro, en geometría euclidiana. Pero ¿Por qué la suma del diámetro no es igual a la circunferencia?. Simple; porque el todo es mayor a la suma de las partes.
El Juan (autor anónimo):  “Una recta aislada jamás podría ser comparada con la curva, ni siquiera la infinidad de rectas forman la curva. La curva queda formada por la unión de ellas, pero esta unión no es una unión artificial, es una unión de pequeñas rectas que también son pequeñas curvas, cosa que solamente puede suceder para las curvas diferenciales.”






Por esta razón, la realidad objetiva tiene la apariencia de una esfera, pero es solamente de apariencia, pues si analizamos más detenidamente, veremos que la realidad objetiva no puede tener la apariencia exacta de una esfera, tal y como 3.14…partes de diámetro no pueden ser igual a una circunferencia. La forma dialéctica de la realidad objetiva, es “un poco más” que una esfera. Si dibujamos una esfera en dos dimensiones tenemos un circulo. Pero como hemos dicho, un círculo no refleja la realidad de la materia, hecho comprobado por el numero “π”. Esta debe reflejarse con otra figura geométrica que refleje el hecho de que “el todo es mayor a la suma de las partes”. Esta figura geométrica, es la espiral. En cada vuelta, la espiral se hace cada vez más grande, es una negación de la negación infinita. Pero si sacamos la naturaleza contradictoria de la materia del plano de dos dimensiones, la figura de la espiral, se transforma en un toroide, pero no uno perfectamente euclidiano, sino un toroide violento, contradictorio, que siempre está al borde del caos, es decir, un toroide dialéctico.
Escuchemos nuevamente a Hawking:
Stephen Hawking: “Una segunda característica que creemos que tiene que formar parte de cualquier teoría definitiva es la idea de Einstein de que el campo gravitatorio se representa mediante un espacio-tiempo curvo: las partículas tratan de seguir el camino más parecido posible a una línea recta en un espacio curvo, pero debido a que el espacio-tiempo no es plano, sus caminos parecen doblarse, como si fuera por efecto de un campo gravitatorio. Cuando aplicamos la suma de Feynman sobre historias a la visión de Einstein de la gravedad, lo análogo a la historia de una partícula es ahora un espacio-tiempo curvo completo, que representa la historia de todo el cosmos.”
Hasta el mismo Hawking, reconoce que la ecuación general debe tener una forma curveada.
Stephen Hawking: “Con la condición de que no haya ninguna frontera se obtiene que la probabilidad de encontrar que el cosmos sigue la mayoría de las historias posibles es despreciable, pero que hay una familia particular de historias que son mucho más probables que las otras. Estas historias pueden imaginarse mentalmente como si fuesen la superficie de la Tierra, donde la distancia desde el polo norte representaría el tiempo imaginario, y el tamaño de un círculo a distancia constante del polo. Norte representaría el tamaño espacial del cosmos. El cosmos comienza en el polo norte como un único punto. A medida que uno se mueve hacia el sur, los círculos de latitud, a distancia constante del polo norte, se hacen más grandes, y corresponden al cosmos expandiéndose en el tiempo imaginario. El cosmos alcanzaría un tamaño máximo en el ecuador, y se contraería con el tiempo imaginario creciente hasta un único punto en el polo sur. A pesar de que el cosmos tendría un tamaño nulo en los polos norte y sur, estos puntos no serían singularidades, no serían más singulares de lo que lo son los polos norte y sur sobre la Tierra. Las leyes de la ciencia serían válidas en ellos, exactamente igual a como lo son en la Tierra.”
Hawking casi llega a entender la naturaleza toroidal del cosmos, pero su error consiste en; 1) utilizar una esfera perfecta 2) en plantear esta solución, como una simple “posibilidad”, cuando en realidad, esta forma de pensar, constituye el resultado de todo el pensamiento racional filosófico de la humanidad.
A continuación se presenta un cuadro sinóptico, de la estructura y la esencia de las características que la fórmula general que describa el movimiento del cosmos, debería tener.
















F= Fuerza Electronuclear. (Fuerza nuclear débil, Fuerza nuclear fuerte, Electromagnetismo)
G= Gravedad: Curvatura de la tela Tiempo/espacio.
 A primera vista se puede notar que existe una idea de desarrollo al contemplar el progreso sucesivo que comienza con un “si” con sus subsecuentes negaciones. Esto nos pone a pensar ¿Qué había antes del primer sí? La respuesta dialéctica clásica sería: un anterior ciclo, pero ¿Hasta dónde se puede retroceder con los ciclos? Si aceptamos la idea que la materia progresa, entonces podemos rastrear ese progreso hasta un punto donde necesariamente debe haber un principio. Pero cuidado, que este razonamiento nos podría llevar a la idea original del “Big Bang”, la cual ya hemos superado. Así que todo se revela como una gran contradicción:
Si hay progreso (y la materia ha demostrado que sí), entonces hay un principio. Si no hay principio (pues también se ha demostrado que la materia no tiene principio ni fin), entonces no hay progreso. Lo único que hay son ciclos, lo cual aparentemente contradice el principio del progreso de la materia.
Pero si analizamos más en detalle, llegaremos a la conclusión que estamos frente a no más que otra contradicción más, es decir a una unidad y lucha de contrarios, la más general y la más ontológica de todas, la contradicción entre lo finito y lo infinito. Lo finito tiene un principio, lo infinito no lo tiene. Así que aquí se revela que las tres leyes de la dialéctica, en realidad son una sola: la unidad y lucha de contrarios. La ley de transito de cantidad y calidad es una expresión de la contradicción; la cantidad es un contrario. La calidad es el otro. La negación de la negación, es otra expresión de la unidad y lucha de contrarios. Al principio un contrario predomina. En el segundo ciclo, el contrario que era dominado en el principio, es ahora el dominante. En el tercer ciclo, la negación de la negación, el contrario que al principio dominaba, vuelve ahora a dominar.
Es decir, la unidad y lucha de contrarios, es la ley dialéctica más general, la cual se revela a nivel ontológico general, en la lucha entre finito e infinito, principio y fin,  en la lucha entre desarrollo y ciclo; evolución e involución, Orden y Caos, materia y antimateria, Fuerza Electronuclear y Gravedad.
Si en este cosmos hay más materia que antimateria, y aceptamos el principio general de que los contrarios son igualmente potentes, entonces podríamos aceptar sin ningún problema que haya otro cosmos donde la antimateria prevalezca, o que la cantidad de antimateria que existe en este cosmos, se está acumulando cualitativamente, hasta el punto de que violentamente (siguiendo el patrón del número áureo) llegue dominar el cosmos, lo cual lo revolucionaría todo.
Engels. “Podría considerarse la herencia como el lado positivo, conservador, y la adaptación como el lado negativo, que va destruyendo constantemente lo heredado; pero también cabría representarse la adaptación como la actividad creadora, activa, positiva, y la herencia como la actividad retardataria, pasiva, negativa. Sin embargo, así como en la historia el progreso se presenta como la negación de lo existente, también aquí -por razones puramente prácticas- es mejor concebir la adaptación como la actividad de signo negativos”.
En esta frase se revela que Engels pudo dar una mirada a la contradicción más general de todas. El le asigna signo negativo a la adaptación, cuando en realidad puede también tener signo positivo.
Engels: “La aguja imantada, al cortarse por la mitad, polariza el centro neutral, pero de tal modo que los viejos polos permanecen. En cambio, si cortamos por la mitad una lombriz, vemos que conserva en el polo positivo la boca que ingiere el alimento y forma en el otro extremo un nuevo polo negativo, con su orificio secretor; pero el anterior polo negativo (ano) se convierte ahora en positivo, en boca, formándose en el otro extremo de la lombriz un nuevo ano o polo negativo. Voilà [he ahí] el trueque de lo positivo en negativo”.
Energía
Engels “Es cierto que la palabra "energía" no expresa, ni mucho menos; de un modo certero toda la relación del movimiento, por cuanto que sólo abarca uno de sus lados, el de la acción, pero no el de la reacción. Además, hace aparecer la cosa como si la "energía" fuese algo externo a la materia, implantada en ella desde fuera. Sin embargo esta expresión es preferible, desde luego, a la  palabra “fuerza".
La idea de fuerza está tomada, como todo el mundo reconoce (desde Hegel hasta Helmholtz), de las actividades del organismo humano dentro de su medio. En este sentido, hablamos de la fuerza muscular, de la fuerza de levantamiento del brazo, de la fuerza de la pierna para saltar, de la fuerza digestiva del estómago y del intestino, de la fuerza sensitiva de los nervios, de la fuerza secretiva de las glándulas, etc. En otras palabras, para ahorrarnos el trabajo de indicar la causa real de un cambio provocado por una función de nuestro organismo, le atribuimos otra ficticia, una llamada fuerza en consonancia con el cambio que se opera. Este cómodo método lo trasladamos luego al mundo exterior e inventamos, así, tantas fuerzas como fenómenos existen. En esta fase tan simplista se encontraban las ciencias naturales (exceptuando tal vez la mecánica celeste y terrestre) todavía en tiempo de Hegel, quien tronaba con toda razón contra la manera que entonces se seguía para indicar las fuerzas. Y lo mismo, en otro lugar: "Vale más (decir) que el imán tiene un alma" (a la manera como se expresa Tales) "que decir que posee la fuerza de  atracción” ; la fuerza es una especie de propiedad separable de la materia, que se representa como un predicado; en cambio, el alma es este movimiento suyo, idéntico a la naturaleza de la materia.
Según el filósofo Alemán Helmholtz
"Cuando conocemos totalmente una ley natural tenemos que exigir también que su vigencia no deje margen a excepciones... De este modo, la ley aparece ante nosotros como un poder objetivo, y en consonancia con ello la llamamos fuerza. Objetivamos, por ejemplo, la ley de refracción de la luz como una fuerza de refracción luminosa de las sustancias transparentes o la ley de las afinidades electivas químicas como una fuerza electiva de las distintas materias entre sí. En el mismo sentido hablamos de la fuerza eléctrica de contacto de los metales, de la fuerza de la adherencia, de la fuerza capilar, etc. Bajo este nombre se objetivan leyes que, de momento, sólo abarcan pequeñas series de procesos naturales cuyas condiciones son todavía harto complejas ... La fuerza no es otra cosa que la ley de la acción objetivada. El concepto abstracto de fuerza, que nosotros intercalamos, añade solamente la nota de que esta ley no ha sido inventada caprichosamente, sino que es una ley forzosa de los fenómenos mismos. De este modo, nuestra exigencia de comprender los fenómenos naturales, es decir, de encontrar sus leyes, asume otra forma de expresión, a saber: la de que tenemos que investigar las fuerzas en que se hallan las causas de los fenómenos"
Aquí es precisamente donde cobra sentido la "objetivación", que es más bien subjetivación: si, a veces, nos refugiamos aquí en la palabra fuerza no es porque hayamos conocido plenamente la ley, sino precisamente porque no es ese el caso, porque aún no vemos claro acerca de las "condiciones harto complejas" de estos fenómenos. Con ello, no expresamos, por tanto, nuestro conocimiento, sino nuestra falta de conocimiento de la naturaleza de la ley y de su modo de actuar. En este sentido, es decir, como expresión compendiada de una conexión casual aún no descubierta, puede pasar la expresión en el lenguaje usual. Pero el ir más allá de eso induce a engaño. Con el mismo derecho con que Helmholtz explica ciertos fenómenos físicos en virtud de una llamada fuerza de refracción de la luz, de una llamada fuerza eléctrica de contacto, etc., explicaban los escolásticos de la Edad Media los cambios de temperatura como efecto de una vis calorífica [fuerza engendradora de calor] o de una vis frigifaciens [fuerza engendradora de frío], sin molestarse en entrar a investigar más a fondo los fenómenos térmicos.
Así que en realidad la palabra fuerza, significa la incapacidad de explicar como un objeto transfiere movimiento a otro. Es como decir que “Dios” le da movimiento a la materia. La palabra “Fuerza” y la palabra “Dios” en este sentido, son la misma; expresan nuestra ignorancia, de cómo se efectúan ese movimiento. 
La falla de la palabra tradicional de “Fuerza”, es que se le da un carácter independiente de la materia. En realidad se puede substituir la palabra “fuerza” por “Transferencia de movimiento”, así que todas las “fuerzas” no son más que diferentes formas de transferencia de movimiento, por lo cual (FG) – M – (FG)’ (Donde F=  la Fuerza Electronuclear y la G=  la Gravedad)
Sergio Torres: “A diferencia de los mapas geográficos, con los modelos del cosmos no podemos aspirar a constatar que el modelo llegue a coincidir con la realidad. Si un investigador declara que su modelo es real y verdadero ¿Cómo sabemos que la afirmación es cierta? Si efectivamente podemos confirmar que el modelo coincide con la realidad quiere decir que ya conocíamos la realidad, entonces ¿Para qué un modelo? En este sentido un modelo nunca es final, siempre hay lugar para refinarlo. El modelo podría coincidir con la precisión máxima alcanzable en una época dada, y no coincidir ulteriormente; la coincidencia no significa que se conoce “la realidad”.
Las teorías son resultado de un proceso de adaptación en el que las teorías nuevas tienen que competir con otras y en última instancia el criterio de sobrevivencia reside en la capacidad de la teoría en explicar las observaciones y estar de acuerdo con los datos. El físico Murray Gell-Mann – creador de la teoría de los quarks – describe el proceso científico como un proceso complejo adaptativo similar a como los organismos vivos y sus funciones compiten por sobrevivencia (Gell-Mann 1995). Stephen Hawking y Leonard Mlodinow explican la evolución de las teorías físicas hacia modelos cada vez más fieles a la realidad con el concepto de realismo modelado (Hawking 2010). El concepto se basa en la idea de que el cerebro interpreta los datos sensoriales elaborando un modelo del mundo. Los modelos del mundo que explican los datos con mayor precisión pueden considerarse como la realidad, sin embargo, puede darse el caso de que modelos diferentes sean igualmente exitosos en explicar los datos. En este caso no se puede decir que un modelo es más verdadero que el otro.
Es importante reconocer que las teorías físicas tienen un dominio de validez que nos permite diferenciar las partes del modelo que se han contrastado con datos empíricos de aquellas otras partes del modelo sujetas a la especulación. En ese sentido, la validez de un modelo depende de su aplicación. Si usamos la teoría dentro de su dominio de validez obtendremos predicciones y resultados satisfactorios. La Tierra no es plana, pero para un agrimensor un modelo de Tierra plana funciona perfectamente bien. La Tierra no es una esfera, pero el modelo esférico funciona bien para cálculos de su órbita en torno al Sol. Sin embargo, el cálculo de orbitas de satélites artificiales requiere un modelo más preciso de la Tierra donde se tiene en cuenta la forma elipsoidal del planeta. La mecánica clásica newtoniana no funciona para velocidades cercanas a la velocidad de la luz, pero es perfectamente válida para construir edificios y mandar satélites artificiales en órbita. Como vemos, la validez, utilidad y precisión de una teoría no se puede destilar en una afirmación categórica que diga que la teoría es falsa o verdadera. Como es de esperarse, el conocimiento que hemos adquirido sobre el cosmos, formulado en este ensayo, será aumentado a medida que surjan nuevas observaciones. No hay duda que el modelo seguramente sufrirá ajustes. Lo que importa es que hoy contamos con un modelo del cosmos basado en datos experimentales científicos, agrupados de manera lógica y racional, no en especulación religiosa (metafísica), profecías, influencias sobrenaturales, edictos de oráculos, inspiraciones de chamanes o verdad revelada.
En este sentido, el modelo que propongo a continuación, es precisamente eso: Un modelo. Pero es necesario aclarar, que es un modelo Filosófico Materialista. NO ES UN MODELO CIENTÍFICO.  Así que si alguien quiere criticarlo, deberá ubicarse en las mismas coordenadas metodológicas.
Si se aparece un físico teórico, argumentando que mi modelo no es válido, sus objeciones no podrán ser bienvenidas, a menos que este físico teórico, critique este modelo, pero desde coordenadas filosóficas materialistas.
Si se aparece un religioso a criticar este modelo, entonces igual que el físico teórico, tendrá que colocarse en estas coordenadas filosóficas, para poder criticar mi modelo.
Pero como ambas situaciones, las veo muy difíciles, me basta resumir en que este modelo es inmune a la ciencia, a la religión y al idealismo. Sin embargo es necesario aclarar que esta “inmunidad” es en cuanto a lo “general”, no en cuanto al detalle. Si algún científico critica “los detalles” de este ensayo, entonces sus críticas serán bienvenidas, pues constituirán una “actualización”, pero en cuanto a lo “general” a lo “filosófico” éste modelo solo puede ser “criticado” por la “filosofía materialista”.
Este modelo se les presenta como “la razón suficiente” de la que hablaba Leibniz. Si un filósofo materialista, quiere criticar mi modelo, dicha crítica la recibiré con mucha alegría, pues juntos; mi crítico y yo; construiremos a fuerza de antagonismo, un modelo más perfecto.

A continuación las formulas que Einstein no pudo dilucidar:

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