3.5 Mecánica
Cuántica
En los años veinte, un grupo de jóvenes Físicos le robaron
el protagonismo a Einstein. Con el Físico Danés, Niels Bohr a la cabeza este
grupo de científicos dieron con una manera completamente nueva de considerar la
física, que hacía que la realidad ya no se presentara como elegante y
predecible, sino como caótica y desordenada. Esto hizo que Einstein se replanteara
la idea de la Unificación. Durante mucho tiempo, se tenía la errónea concepción
que los átomos eran las partículas más pequeñas, pero este grupo de científicos
descubrió que habían partes aún más diminutas; protones, neutrones y la órbita
de electrones. Las Teorías de Newton, Maxwel y Einstein quedaban obsoletas para
explicar como éstas partículas se relacionaban entre sí en el interior del
átomo:
Peter Galison: “¿Cómo
explicar lo que le ocurría al núcleo mientras el átomo quedaba dividido en
diferentes partes?, la gravedad no servía para nada, era demasiado débil lo que
la convertía en Irrelevante. La Electricidad y el magnetismo, tampoco servían”[1].
Ya que no había una teoría que explicara el movimiento de estas
partículas sub atómicas, este grupo de científicos desarrollo la teoría de la
Mecánica Cuántica.
En wikipedia se lee: “La
mecánica cuántica (también conocida como la física cuántica o la teoría
cuántica) es una rama de la física que se ocupa de los fenómenos físicos a
escalas microscópicas, donde la acción es del orden de la constante de Planck.
Su aplicación ha hecho posible el descubrimiento y desarrollo de muchas
tecnologías, como por ejemplo los transistores, componentes ampliamente utilizados
en todos los aparatos que tengan alguna parte funcional electrónica.
La mecánica cuántica
describe, en su visión más ortodoxa, cómo en cualquier sistema físico –y por
tanto, en todo el cosmos– existe una diversa multiplicidad de estados, los cuales
habiendo sido descritos mediante ecuaciones matemáticas por los físicos, son
denominados estados cuánticos. De esta forma la mecánica cuántica puede
explicar la existencia del átomo y desvelar los misterios de la estructura
atómica, tal como hoy son entendidos; fenómenos que no puede explicar
debidamente la física clásica o más propiamente la mecánica clásica.
De forma específica,
se considera también mecánica cuántica, a la parte de ella misma que no
incorpora la relatividad en su formalismo, tan sólo como añadido mediante la
teoría de perturbaciones. La parte de la mecánica cuántica que sí incorpora
elementos relativistas de manera formal y con diversos problemas, es la
mecánica cuántica relativista o ya, de forma más exacta y potente, la teoría
cuántica de campos (que incluye a su vez a la electrodinámica cuántica, cromo
dinámica cuántica y teoría electro débil dentro del modelo estándar) y más
generalmente, la teoría cuántica de campos en espacio-tiempo curvo. La única
interacción que no se ha podido cuantificar ha sido la interacción
gravitatoria.
La mecánica cuántica
es el fundamento de los estudios del átomo, su núcleo y las partículas
elementales (siendo necesario el enfoque relativista). También en teoría de la
información, criptografía y química.”
La piedra angular de la mecánica cuántica, es el principio
de incertidumbre que reina sobre la posición de una partícula subatómica, en un
momento y espacio específico.
Stephen Hawking: “El
principio de incertidumbre marcó el final del sueño de Laplace de una teoría de
la ciencia, un modelo del cosmos que sería totalmente determinista: ciertamente,
¡no se pueden predecir los acontecimientos futuros con exactitud si ni siquiera
se puede medir el estado presente del cosmos de forma precisa! Aún podríamos suponer
que existe un conjunto de leyes que determina completamente los acontecimientos
para algún ser sobrenatural, que podría observar el estado presente del cosmos
sin perturbarle. Sin embargo, tales modelos del cosmos no son de demasiado
interés para nosotros, ordinarios mortales. Parece mejor emplear el principio
de economía conocido como «cuchilla de Occam» y eliminar todos los elementos de
la teoría que no puedan ser observados. Esta aproximación llevó en 1920 a
Heisenberg, Erwin Schrödinger y Paul Dirae a reformular la mecánica con una
nueva teoría llamada mecánica cuántica, basada en el principio de incertidumbre.
En esta teoría las partículas ya no poseen posiciones y velocidades definidas
por separado, pues éstas no podrían ser observadas. En vez de ello, las partículas
tienen un estado cuántico, que es una combinación de posición y velocidad”.
Woods aclara: “Si
fuese posible establecer todas las causas del movimiento de las partículas subatómicas,
la investigación de éstas, en el caso de un solo electrón sería suficiente para
mantener a todos los científicos del mundo ocupados por muchas vidas, y todavía
no llegarían al final. Afortunadamente esto no es necesario. Aunque somos
incapaces de precisar la posición "fija" y la velocidad de una
partícula dada, que por lo tanto se puede decir que tiene un carácter casual,
la situación cambia radicalmente cuando se trata de grandes cantidades de partículas.
Y aquí, estamos tratando con cantidades realmente grandes. Cuando tiramos una
moneda al aire, la posibilidad de que sea "cara o cruz" se puede
poner en un 50%. Esto es un fenómeno totalmente casual, que no se puede
predecir. Pero los propietarios de los casinos, que supuestamente se basan en
un juego de "azar" saben que, a largo plazo, el cero o doble cero
saldrán con la misma frecuencia que cualquier otro número, y por lo tanto
pueden sacar ganancias respetables y predecibles…Lo mismo se aplica para las
compañías de seguros que ganan grandes cantidades de dinero precisamente en
base a las probabilidades, que en último término pasan a ser certezas
prácticas, aunque no se puede predecir el destino preciso de los clientes
individuales…La mecánica clásica, expresada en las leyes de la moción de
Newton, tratan con causas y efectos simples, por ejemplo la acción de un cuerpo
aislado sobre otro. Sin embargo esto es imposible, en la medida en que ningún
sistema mecánico está nunca completamente aislado. Las influencias externas
inevitablemente destruyen el carácter aislado de la conexión uno-a-uno. Incluso
si pudiésemos aislar el sistema, seguiría habiendo interferencias, provenientes
del nivel molecular, y otras interferencias al nivel todavía más profundo de la
mecánica cuántica”.
Bohm "Por lo
tanto no existe un caso real de un conjunto de relaciones causales una-a-una
perfecto que en principio pudiera hacer posibles predicciones de carácter
ilimitado, sin necesidad de tener en cuenta juegos de factores causales
cualitativamente nuevos existentes fuera del sistema de interés o a otros
niveles".
En 1927, Werner Heisenberg planteó su famoso "principio
de indeterminación", según el cual es imposible determinar
simultáneamente, con la precisión deseada, la posición y la velocidad de una
partícula. Cuanto más cierta es la posición de una partícula, más incierto es
su momento, y viceversa (esto también se aplica a otros pares de propiedades
específicas). La dificultad a la hora de establecer precisamente la posición y
la velocidad de una partícula que se mueve a 5.000 millas por segundo en
diferentes direcciones es obvia. Pero de ahí a sacar la conclusión que causa y
efecto (causalidad) en general no existen, es una proposición totalmente falsa.
“¿Cómo podemos
determinar la posición de un electrón?” -se preguntó observándolo-.
“Pero si utilizamos un
microscopio potente, quiere decir que lo bombardearemos con una partícula de
luz, un fotón. Debido a que la luz se comporta como una partícula, eso
inevitablemente interferirá en el momento de la partícula observada. Por lo
tanto la cambiamos en el mismo acto de la observación. La interferencia será
impredecible e incontrolable, ya que (por lo menos en la actual teoría
cuántica) no hay manera de conocer o controlar de antemano el ángulo preciso
con el que el quantum de luz se dispersará en las lentes. Debido a que una
medición precisa de la posición requiere la utilización de luz de onda corta,
se transfiere un momento importante pero impredecible e incontrolable al
electrón. Por otra parte, una determinación precisa del momento requiere la
utilización de quanta de luz de momento muy bajo (y por tanto de onda larga),
lo que significa que habrá un amplio ángulo de difracción, y por lo tanto una
pobre definición de la posición. Cuanto más precisamente definamos la posición,
menos preciso será el momento, y viceversa.”
¿Podemos resolver el problema con el desarrollo de nuevos
tipos de microscopios de electrones? Según la teoría de Heisenberg no. En la
medida en que toda la energía se agrupa en quanta, y toda la materia tiene la
propiedad de actuar tanto como onda como partícula, cualquier tipo de aparato
que utilicemos estará dominado por este principio de indeterminación (o
incertidumbre). De hecho el término incertidumbre es inexacto, porque lo que
aquí se está afirmando, no es sólo que no podemos tener certeza por problemas
de medición. La teoría plantea que todas las formas de materia son
indeterminadas por su propio carácter.
Como dice David Bohm en su libro Causalidad y casualidad en
la física moderna:
"De esta manera
la renuncia a la causalidad en la interpretación usual de la teoría cuántica no
se debe considerar simplemente como el resultado de nuestra incapacidad para
medir los valores precisos de las variables que entrarían en la expresión de
las leyes causales a nivel subatómico, sino, más bien debería ser considerada como
un reflejo de que no existen tales leyes".
En lugar de verlo como un aspecto concreto de la teoría
cuántica, en un estadio concreto de su desarrollo, Heisenberg planteó la
indeterminación como una ley fundamental y universal de la naturaleza, y asumió
que todas las demás leyes de la naturaleza tenían estar acorde con esta. Este
es un punto de vista totalmente diferente al que adoptaba la ciencia en el
pasado al enfrentarse a problemas relacionados con fluctuaciones irregulares y
movimiento casual. Nadie se imagina que sea posible predecir el movimiento
exacto de una molécula en un gas, o predecir todos los detalles de un accidente
de carro en concreto. Pero nunca antes se ha hecho un intento serio de deducir
de estos hechos la no existencia de la causalidad en general. (¡!)
Y esta es precisamente la conclusión que se nos invita a
sacar del principio de indeterminación. ¿Científicos y filósofos idealistas
vienen a plantear que la causalidad en general no existe?. Por lo tanto la
naturaleza parece un asunto totalmente sin causa, casual. El cosmos en su
conjunto es impredecible.
Esta posición representa la negación completa no sólo de
toda la ciencia, sino del pensamiento racional en general. Si no hay causa ni
efecto, no sólo no es posible predecir nada; es imposible explicar nada.
Tenemos que limitarnos a describir lo que es. De hecho ni siquiera eso, ya que
ni siquiera podemos estar seguros de que exista algo fuera de nosotros y
nuestros sentidos. Esto nos lleva de cabeza a la filosofía del idealismo subjetivo.
Nos recuerda el argumento de los sofistas de la Grecia antigua: "No puedo conocer nada sobre el mundo.
Si puedo conocer algo, no puedo comprenderlo. Y si puedo comprenderlo, no puedo
expresarlo”.
Lo que realmente representa el "principio de
indeterminación" es el carácter altamente evasivo del movimiento de las
partículas subatómicas, que no se sujetan al tipo de ecuaciones y medidas
simplistas de la mecánica clásica. No se puede dudar de la contribución de
Heisenberg a la física. Lo que está en cuestión son las conclusiones
filosóficas que sacó de la mecánica cuántica. El hecho de que no podamos
determinar exactamente la posición y el momento de un electrón no quiere decir
en lo más mínimo que exista una falta de objetividad. El método de pensamiento
subjetivo empapa la llamada escuela de Copenhague de la mecánica cuántica.
Niels Bohr llegó a afirmar que es incorrecto pensar que la tarea de la física
es descubrir cómo es la naturaleza. La física se preocupa de lo que podemos
decir sobre la naturaleza.
Roald Hoffman: “La
mecánica cuántica ha descubierto las leyes precisas y fantásticas que gobiernan
las probabilidades, es precisamente tratando de cantidades como éstas que la
ciencia supera sus problemas. Con semejantes medios la ciencia puede hacer las
predicciones más audaces. A pesar de confesar humildemente su incapacidad para
predecir el comportamiento exacto de electrones o fotones individuales u otras entidades
fundamentales, puede decirte con enorme confianza cómo deben comportarse
precisamente grandes multitudes de ellos”.
A mediados del siglo XX la física pensaba que todas las
partículas eran puntos. Por décadas, los físicos observaron el comportamiento
de las partículas microscópicas haciéndolas chocar a velocidades muy elevadas e
investigando las colisiones. Estos experimentos permitieron descubrir nuevas
partículas. En este periodo se dio una explosión demográfica de partículas.
Entre esta explosión de partículas los científicos descubrieron los componentes
básicos de la materia. Hicieron un hipótesis, que las fuerzas de la naturaleza
se pueden explicar por medio de las partículas. Los experimentos que se
hicieron supuestamente confirmaron estas hipótesis con el descubrimiento de las
partículas mensajeras del Electromagnetismo, la Fuerza Nuclear Fuerte (que actúa como el pegamento, mantiene unido
el núcleo de cada átomo y agrupa protones y neutrones) y la Fuerza Nuclear
Débil (que permite que los neutrones, se
conviertan en protones emitiendo radiación durante el proceso). Al tratar
con estas partículas, los físicos se acercaban al sueño de Einstein de Unificar
las fuerzas.
La deducción hipotética de los físicos, es que si
regresáramos en el tiempo, hasta los momentos previos a La Gran Explosión o
“Big Bang”, el Electromagnetismo y la Fuerza Nuclear Débil serían el mismo
fenómeno. Se hicieron algunos experimentos y concluyeron que en las condiciones
de extremo calor de “La Gran Explosión”, estas dos fuerzas estaban mezcladas en
una sola fuerza llamada: Electro débil. Esta unificación fue comprobada por Sheldon
Glashow, Steven Weinberg, y Abdus Salam:
“Las fuerzas fuerte y
la electro débil coexisten en el modelo estándar de partículas, pero se
mantienen distintas. Muchas teorías unificadas (o GUT por sus siglas en inglés)
han sido propuestas para unificarlas. Aunque la simpleza de las GUTs han sido
descartadas en la experiencia, la idea general, especialmente cuando se vincula
con las súper simetrías, continúa firmemente a favor de la comunidad teórica de
física”[2].
A pesar de los grandes avances de la física cuántica,
existen ciertas irregularidades metafísicas que surgen de ella misma. Esto
claro, a causa de la mente metafísica de los científicos cuánticos. Por
ejemplo, se dice que si tomo una pelota de tenis, y la arrojo contra una pared
un gúgol de veces, existe la probabilidad que al menos una vez, la pelota
atraviese la pared. Esto sabemos que no es posible, y aún así las conclusiones
metafísicas de los físicos actuales, lo aceptan como “posible”. Una pelota de tenis, así yo la lance una
infinidad de veces contra una pared, jamás podrá cruzarla, las leyes de la
mecánica cuántica se deben aplicar únicamente a niveles subatómicos. Cuando
tratamos de nuestra escala real, las leyes que rigen el movimiento, son
diferentes, porque estamos tratando con una cualidad distinta de la materia.
Las leyes que rigen el movimiento de las partículas de aire, no son las mismas
que rigen en un tornado. En éste último, comienzan a operar “nuevas” leyes,
debido a que la acumulación cuantitativa de partículas de aire, produce un
cambio cualitativo en el fenómeno.
Aunque la relación entre la Fuerza Electro débil y la fuerza
nuclear fuerte no ha sido demostrada, la mayoría de físicos actuales piensan
que están relacionadas. En la década de los setentas, se desarrolló El Modelo Estándar
de Partículas: “El modelo estándar de la
física de partículas es una teoría que describe las relaciones entre las
interacciones fundamentales conocidas entre partículas elementales que componen
toda la materia. Es una teoría cuántica de campos desarrollada entre 1970 y
1973 que es consistente con la mecánica cuántica y la relatividad especial.
Hasta la fecha, casi todas las pruebas experimentales de las tres fuerzas
descritas por el modelo estándar están de acuerdo con sus predicciones. Sin
embargo, el modelo estándar no alcanza a ser una teoría completa de las
interacciones fundamentales debido a que no incluye la gravedad, la cuarta
interacción fundamental conocida, y debido también al número elevado de parámetros
numéricos (tales como masas y constantes que se juntan) que se deben poner a
mano en la teoría (en vez de derivarse a partir de primeros principios)”[3].
Los elementos
cognitivos esenciales de la teoría de la mecánica corresponden a la unificación
del electromagnetismo, con la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte
formando el concepto de “La fuerza Electronuclear”.
El otro elemento cognitivo es el del azar: Una forma
resumida de entender este elemento cognitivo es con el siguiente ejemplo: digamos
que tiro una moneda. Reina el azar y la probabilidad que obtenga cara o cruz,
es de 50% a 50%. Los científicos de la mecánica cuántica dicen que si existe un
porcentaje igual de probabilidades para cara o cruz, es porque existen dos cosmos
paralelos; uno donde la moneda cae con la cara hacia arriba, y otro cosmos
donde la moneda cae con la cruz hacia arriba. Lo mismo sucedería con un dado;
aquí tendríamos seis posibles cosmos. Si llevamos esto al extremo, tenemos
entonces que hay una cantidad infinita de cosmos. Esta cantidad infinita de cosmos
podríamos agruparla en cuatro
categorías: la primera categoría es donde “La Gran Explosión” o “Big
Bang” nunca ocurrió. Así que “el todo” tendría “otra forma”. La segunda
categoría es donde “La Gran Explosión” sí ocurrió, pero las fuerzas del cosmos
se configuraron de una manera distinta, por lo que no habría “Vida”. La tercera
categoría, sería donde “La Gran explosión” sí ocurrió, las fuerzas del cosmos
se configuraron de la manera en que lo están, pero la vida evolucionó de otra
manera, con otros elementos o quizás en otros lugares. Y la cuarta categoría,
sería donde las primeras tres, se dieron en el orden correcto, pero la sociedad
y el pensamiento se desarrollaron de otra forma, quizás con otros personajes
etc. Entre la primera y la cuarta categoría de cosmos, habría una cantidad
infinita de Cosmos. (¡!)
Aunque la mecánica
cuántica explica de forma probabilísticamente correcta el comportamiento de los
átomos y las partículas sub atómicas, la generalización de su funcionamiento
hacia una forma de conceptualizar el Cosmos parece carecer de sentido.
La sola idea de que hay un número infinito de cosmos, podría llevarnos a pensar
que da igual que exista el cosmos o que no exista. Esto en filosofía se llama:
Metafísica, la cual se analizará más adelante, pero me basta decir en este
apartado, que aunque el funcionamiento específico de la mecánica cuántica es
correcto (la probabilidad del movimiento de las partículas), su generalización
filosófica (la existencia de un número infinito de cosmos) no puede ser
comprobada experimentalmente, ni tampoco tiene concordancia con la lógica del
pensamiento, ni del funcionamiento conocido del cosmos.
En el documental de
física teórica “el universo elegante”, se hace una analogía metafísica de la
mecánica cuántica, mostrando al presentador entrando a un “café cuántico”,
donde la mesera cambia de color irregularmente. El presentador le pide un
“café” y la mesera le responde “lo intentare”. Luego aparece la mesera sirviéndole
la bebida en un vaso, que repentinamente se multiplica formando dos vasos. Este
es un ejemplo de lo absurdo de las generalizaciones imperfectas (falacias) que
hacen los físicos teóricos de sus observaciones subatómicas. Muestra que su
mente, está divorciada completamente de las otras ciencias que explican el
movimiento de la materia, en la sociedad. Si ellos conocieran, al menos los
principios básicos de la sociedad, se darían cuenta que no hay necesidad de
utilizar ejemplos absurdos, para que la persona promedio comprenda los
principios básicos de la mecánica cuántica.
En realidad La inteligencia individual o colectiva, es la
verdadera analogía del caos controlado que existe a nivel subatómico. La
inteligencia individual de una persona, es y no es al mismo tiempo. Reina el
principio de incertidumbre ¿Compro un jabón de una marca “X” o una marca “Y”.
En el proceso de decisión de compra individual, reina la incertidumbre, pero
cuando se observan patrones generales sobre el consumo de un producto, la marca
que mejor se venda, pondrá sus productos en los anaqueles que estén a la altura
de los ojos del consumidor. La marca que menos venda, pondrá sus productos, en
los niveles inferiores de los anaqueles, donde la probabilidad de compra es
menos. Esto está regulado por las leyes que impone el dueño del supermercado,
si un producto se vende más, se le gana más, por lo que hay que cobrar más al
productor. Aquí se hace una analogía que sirve para entender los principios de
la mecánica cuántica, sin necesidad de utilizar analogías absurdas. ¿Por qué los físicos teóricos usan
analogías absurdas?.
La respuesta es
simple, por que su formación académica fue tan especializada, tan divorciada de
la interdisciplinariedad, que cuando realizan sus síntesis mentales, lo hacen
de una manera absurda. Ese es el peligro académico, de la híper especialización.
El cerebro del ser humano, debe encontrar un balance entre el análisis y la
síntesis. Es decir, entre lo particular y lo general, ergo, entre la ciencia y
la filosofía.
En los documentales
de cosmología proyectados en canales como National Geographic Channel, o The
History Channel, se presenta la tendencia de usar analogías ridículas, para
explicar el comportamiento de los fenómenos subatómicos descritos y explicados
por la mecánica cuántica. Para el televidente promedio, éste tipo de analogías
le convencerán que el estudio de la mecánica cuántica es tan fantástico y tan
intrincado, que seguramente le desmotivarán a querer comprender la realidad física
que lo rodean. Aquí vemos como los documentales supuestamente educativos, en
realidad cumplen la función antagónica; desmotivan el estudio del cosmos. Esto
es el proyecto MK ULTRA en plena acción: Desinformar al ciudadano promedio,
para que no cuestione el orden establecido.
Este fenómeno es llamado como el fenómeno de la “híper-realidad”
por Michail Epstein:
Michail Epstein: “Una
serie de diversas manifestaciones en arte, ciencia, filosofía y política del
siglo XX puede ser sintetizada bajo la categoría de lo “híper”. Este prefijo
literalmente significa “aumento” o “exceso”; su popularidad en la teoría
cultural contemporánea refleja el hecho
de que muchas tendencias de la vida del siglo XX han sido llevadas al límite
del desarrollo, de tal manera que ellas han llegado a revelar su propia
antítesis. El concepto de “híper realidad” en el sentido antes mencionado del
prefijo “híper” ha sido acuñado por el semiólogo italiano Umberto Eco y el
sociólogo y filósofo francés Jean Baudrillard, ambos lo relacionan con la
desaparición de la realidad a la mirada del dominio de los medios de
comunicación de masas. A la primera mirada, la tecnología de los medios de
comunicación parece capturar la realidad en todos sus más mínimos detalles”.
Pero ese nivel de
penetración en los hechos, lo técnico y visual, significa que ellos mismos construyen
una realidad de otro orden, la cual ha sido denominada “híper-realidad”. Esta “híper
realidad” es una creación fantasmática de los métodos de los medios de
comunicación, y como tal emerge como una realidad más auténtica, exacta y
“real” que la que percibimos en nuestro alrededor.
Un ejemplo ilustrativo de esto es el movimiento influyente
en arte de los años setenta y principios de los ochenta llamado
“hiperrealismo”. Dentro de las obras publicadas por este movimiento incluyen
fotografías gigantes en colores, enmarcadas y funcionando como pinturas.
Detalles tales como la piel en la cara de un hombre, aparece tan cercana que es
posible ver cada poro, cada aspereza de la superficie, cada protuberancia no
visible normalmente con nuestros ojos desnudos. Este es el efecto “híper” que
hace que la realidad adquiera una dimensión “excesivamente real” debido
enteramente al método de su reproducción técnica. De acuerdo con Baudrillard,
la realidad firmemente entrelazada en una red de medios de comunicación ha desaparecido
completamente del mundo occidental contemporáneo, cediendo su lugar a la híper realidad,
la cual es producida por métodos artificiales.
La realidad en sí misma se fundamenta en el hiperrealismo,
la duplicación meticulosa de lo real, preferiblemente a través de otro medio
reproductivo tal como la fotografía. De medio a medio, lo real es volatilizado,
convirtiéndose en una alegoría de la muerte. Pero es también, en un sentido,
reforzado a través de su propia destrucción. Se convierte en realidad para su
propio interés, el fetichismo del objeto perdido... lo hiperreal. Esta paradoja
fue descubierta por la física cuántica mucho antes del advenimiento de los
teóricos del posmodernismo. Los científicos fueron quienes primero descubrieron
que las partículas elementales, las cuales eran objetos de observación, fueron
ampliamente determinadas por los instrumentos de medición. La realidad que se
reveló a los físicos a finales de los años veinte y en adelante vino a ser
reconocida crecientemente como una “híper realidad”, debido a que fue
construida por los parámetros de los equipos de medición y de los cálculos
matemáticos. En palabras del físico norteamericano Heinz Pagels: “no tiene sentido hablar acerca de las
propiedades físicas de los objetos cuánticos, sin precisamente especificar los
arreglos experimentales a través de los cuales se intentan medirlos. La
realidad cuántica es en parte una realidad creada por el observador... Con
la teoría cuántica, la intención humana influye en la estructura del mundo
físico.”
El problema metodológico más desafiante en la física de hoy
vinculado al modelado de entidades especulativas, tales como los “quarks” y
“strings”; es la pregunta acerca de qué es lo que en verdad se investiga,
cuál es el estatus de la llamada “física de los objetos” y en qué sentido
pueden ser llamados “física” y “objetos” si ellos son llamados a la existencia
por una serie de operaciones matemáticas. La mecánica cuántica se convirtió en
la primera disciplina en admitir su carácter híper-científico o, más
exactamente, la naturaleza híper-física de sus objetos. Acercándose cada
vez más a la fundación elemental de la materia, la ciencia está descubriendo el
carácter imaginario y puramente racional de la realidad física, la cual
supuestamente describe pero que de hecho ella inventa.
En el pasado se pudieron distinguir claramente
descubrimientos e invenciones: el primero reveló algo que realmente existió en
la naturaleza; el segundo creó algo que fue posible y útil en tecnología. En la
actualidad no hay categorías estrictamente delimitadas de descubrimientos e
invenciones, debido a que todos los descubrimientos tienden a convertirse en
invenciones. La diferencia entre descubrimiento e invención se ha
desvanecido, al menos en lo que respecta a lo más profundo y originario de
los estratos de la realidad subatómica. Mientras más penetra uno en estos
estratos, más se encuentra uno en las profundidades de la propia consciencia.
Asimismo, entre más perfectos sean los instrumentos utilizados para observar la
realidad física, menos puede ser detectada la realidad en un sentido propio
como algo diferente de las condiciones de su observación. Esto es precisamente
la creación de “una- realidad-creada-por-el-observador” de lo cual se desprende
el concepto de híper realidad en Baudrillard… . La noción del filósofo y
sociólogo francés de híper realidad relacionado con los objetos culturales la
introdujo en su libro Intercambio Simbólico y Muerte (1976), medio siglo
después de que Niels Bohr dejara sentado que la nueva comprensión de los
objetos físicos está influida por la intención humana (1927). Es el
mejoramiento de los instrumentos para la observación y la reproducción de la
realidad física y cultural, lo que la hace intercambiable con su propia
representación.
En su señalamiento “De medio a medio, lo real está
volatilizado...”, Baudrillard se refiere al sentido más auténtico y sensible de
la reproducción de la realidad, tal es el caso de la fotografía, el cine y la
televisión. Paradójicamente, en la medida en que los métodos de representación
sean más confiables, más dudas saltan a la categoría de verdad. Un objeto que
se presente con un máximo de autenticidad, no se diferenciará más de su propia
copia. La híper realidad suplanta la realidad así como la veracidad hace
inalcanzable a la verdad.
Toda la teoría cuántica está inundada de híper realismo.
Esto genera un neo idealismo, superior al movimiento neo kantiano. Es un
idealismo con más términos incomprensibles para la gente común, lo cual les da
el estatus de semi dioses, a los físicos teóricos que dan sus opiniones en los
documentales de la televisión. Pero la razón de escribir éste ensayo, es
precisamente aplicar un factor correctivo a todas las conclusiones filosóficas
absurdas de los científicos cuánticos. En Estados Unidos se le llama; “Bull
shit Factor”. Eso es precisamente lo que estoy haciendo aquí, le estoy
aplicando el “bull shit factor” a toda la mecánica cuántica.
En resumen; a nivel matemático, Newton unificó el cielo y la
tierra con su teoría de la Gravitación universal. Hegel y Marx niegan este
formalismo matemático, con su teoría de la Dialéctica que une la Energía y la
Masa en un nuevo concepto; Materia. Maxwel niega el carácter dialéctico de la
materia, y regresa al plano matemático de Newton, pero sobre una base superior;
la unificación de la electricidad y el magnetismo.
Einstein niega este pensamiento matemático formalista, y
regresa al plano dialéctico de Hegel y Marx; demostrando con su famosa ecuación
de la relatividad especial, que de hecho la energía y la masa están unificadas,
que son un mismo fenómeno, y que la materia se mueve por sí misma, porque la
materia y la energía son lo mismo.
Después Einstein también se niega a sí mismo, y regresa al
plano matemático newtoniano, solamente que sobre una base cualitativamente
superior. Establece su teoría de la relatividad General, la cual reafirma la
Teoría Newtoniana, pero al mismo tiempo la niega. Einstein es negado por él
mismo (en sus teorizaciones sobre el comportamiento de los fotones), luego
por Planck,
Schrödinger, Heisenberg, Dirac, Bohr, Von, Newman y otros, dando inicio a la
Mecánica Cuántica. Ésta no es más, que un regreso al pensamiento dialéctico, y
al pensamiento de la relatividad especial, solamente que sobre una base
cualitativamente superior.
En la mecánica cuántica prevalece la incertidumbre, es
decir, la unidad dialéctica de los contrarios: Ser y no ser. Pero hay que tener
cuidado de establecer el límite que existe entre los entes concretos (que están
en la realidad objetiva) y los entes abstractos (que están en la realidad
subjetiva). ¿Dónde están los quarks? ¿En la realidad objetiva o la realidad subjetiva?. ¿Dónde está el
Bosson de Higgs? ¿En la realidad objetiva o en la realidad subjetiva?. Es
incalculable el beneficio que la humanidad ha obtenido de la mecánica cuántica.
Se estima que alrededor del 20% de Producto Interno Bruto mundial, es gracias a
la electrónica, y por consiguiente a la mecánica cuántica. Pero hay que tener
cuidado con las conclusiones filosóficas que se obtienen de la híper
especialización y el híper realismo actual. Estas dos tendencias culturales,
sumadas a los principios de la mecánica cuántica, dan como resultado teorías
filosóficas completamente absurdas, que la gente común acepta como ciertas.
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