29 de marzo de 2014

4.4.5 Estrellas y Agujeros negros

4.4.5 Estrellas y Agujeros negros



La acumulación cuantitativa generada por la contradicción entre la materia en reposo relativo, donde predomina la fuerza gravitatoria, y la fuerza en movimiento relativo, donde predomina la fuerza electronuclear, produce la transformación que deviene en el Big Bang cíclico, es decir; el fin de un cosmos y el inicio de otro. La contradicción continúa y la acumulación cuantitativa generada por la contradicción entre la materia en reposo relativo (Gravedad) y la materia en movimiento relativo (Fuerza Electronuclear), produce la transformación que deviene en partículas subatómicas, cuya interacción contradictoria produce un salto cualitativo, formando un átomo. Varios átomos cuantitativamente se acumulan y se agrupan según mas se parezcan entre sí, formando moléculas. Moléculas parecidas se agrupan entre sí, formando la acumulación cuantitativa y cualitativa que produce los Elementos. La acumulación cuantitativa del Hidrógeno, produce estrellas, y la acumulación cuantitativa del material estelar, produce un salto cualitativo, hacia una “no estrella” (Agujero Negro).
Stephen Hawking: “Alrededor de cien segundos después del big bang, la temperatura habría descendido a mil millones de grados, que es la temperatura en el interior de las  estrellas más calientes. A esta temperatura protones y neutrones no tendrían ya energía suficiente para vencer la atracción de la interacción nuclear fuerte, y habrían comenzado a combinarse juntos para producir los núcleos de átomos de deuterio (hidrógeno pesado), que contienen un protón y un neutrón. Los núcleos de deuterio se habrían combinado entonces con más protones y neutrones para formar núcleos de helio, que contienen dos protones y dos neutrones, y también pequeñas cantidades de un par de elementos más pesados, litio y berilio. Puede calcularse que en el modelo de big bang caliente, alrededor de una cuarta parte de los protones y los neutrones se habría convertido en núcleos de helio, junto con una pequeña cantidad de hidrógeno pesado y de otros elementos. Los restantes neutrones se habrían desintegrado en protones, que son los núcleos de los átomos de hidrógeno ordinarios.”
NEBULOSA, A PARTIR DE LA CUAL SE FORMAN ESTRELLAS.



Rodrigo García Colín Carrillo: “El rompimiento del balance entre las fuerzas opuestas de la presión, que tiende a expandir la nube y la gravedad que la tiende a contraer, o en otras palabras, el rompimiento de su simetría como resultado de su interacción con el resto del cosmos, provoca la condensación en grumos de estas nubes que las colapsan gravitacionalmente. Este proceso de nacimiento de galaxias a partir del caos puede ser visto en la nebulosa de Orión”.
El caos, la falta de simetría y homogeneidad en el cosmos, como habíamos visto, genera orden. Según una teoría del astrofísico soviético L. M. Orzenoi: "el cosmos primordial se encontraba en un estado caótico, lleno de gigantescos remolinos de materia, tal como en un líquido turbulento".
Cuando la masa implicada en el colapso gravitacional supera el punto cualitativo de una décima parte de la masa del sol y una temperatura de los seis millones de grados, la nube molecular comienza a romper la enorme oposición del electromagnetismo y fusiona los protones en átomos para formar helio a partir del hidrógeno; con esta reacción termonuclear presenciamos el nacimiento de una estrella. No obstante las estrellas de esta magnitud solamente producen átomos de helio y un poco de nitrógeno. Las estrellas que tienen una masa mayor a la mitad de la del Sol producen todos los elementos más ligeros que el hierro, entre ellos el carbono y el oxígeno, sin los cuales, el surgimiento de la vida sería imposible. Lo más representativo de la verdadera alquimia natural de las estrellas está en que la masa de los átomos creados no es igual a la suma de sus partes, los átomos creados son más ligeros que los protones de los cuales se formaron, la diferencia de masa se manifiesta en la increíble energía de las reacciones atómicas que originan el brillo de las estrellas. Además los protones y neutrones que forman los átomos son cualitativamente distintos a los que se encuentra en estado libre; en la interacción dialéctica que describimos más arriba, las partículas subatómicas adquieren estabilidad, sin la cual decaen radiactivamente para formar protones y electrones: las únicas partículas con cierta estabilidad (los protones se desintegran en 1 x 1033 años) El nacimiento de estrellas y su desarrollo se da en función de cambios graduales interrumpidos por bruscos cambios cualitativos a través de la dinámica y tensión de fuerzas opuestas.
Una estrella típica se divide en núcleo, manto y atmósfera. En el núcleo es donde se producen las reacciones nucleares que generan su energía. El manto transporta dicha energía hacia la superficie y según cómo la transporte, por convección o por radiación, se dividirá en dos zonas: radiante y convectiva (unidad y lucha de contrarios). Finalmente, la atmósfera es la parte más superficial de las estrellas y la única que es visible. Se divide en cromósfera, fotósfera y corona solar. La atmósfera estelar es la zona más fría de las estrellas y en ellas se producen los fenómenos de eyección de materia. Pero en la corona, supone una excepción a lo dicho ya que la temperatura vuelve a aumentar hasta llegar al millón de grados por lo menos. Pero es una temperatura engañosa. En realidad esta capa es muy poco densa y está formada por partículas ionizadas altamente aceleradas por el campo magnético de la estrella. Sus grandes velocidades les confieren a esas partículas altas temperaturas.
A lo largo de su ciclo las estrellas experimentan cambios en el tamaño de las capas e incluso en el orden en que se disponen. En algunas la zona radiante se situará antes que la convectiva y en otras al revés, dependiendo tanto de la masa como de la fase de fusión en que se encuentre. Así mismo, el núcleo también puede modificar sus características y su tamaño a lo largo de la evolución de la estrella.
La edad de la mayoría de las estrellas del cosmos observable oscila entre 1000 y 10,000 millones de años; aunque algunas estrellas pueden ser incluso más viejas.

  
ESTRUCTURA DE UNA ESTRELLA


Engels: “Movimiento de cuerpos que se tocan, en relación los unos con los otros - presión. Estática. Hidrostática y gases. La palanca y otras formas de la mecánica propiamente dicha, todas las cuales, bajo sus formas más simples de contacto, se reducen a la fricción y el choque, que sólo difieren entre sí en cuanto al grado. Pero la fricción y el choque, producen también otros efectos, que los naturalistas no señalan aquí: producen, en ciertas circunstancias, sonido, calor, luz, electricidad, magnetismo…El movimiento mecánico de masa se convierte en calor, en electricidad, en magnetismo; el calor y la electricidad se convierten en disociación química; a su vez, la combinación química desarrolla nuevamente calor y electricidad y, por medio de ésta, magnetismo; y, por último, el calor y la electricidad producen, por su parte, movimiento mecánico de masa… El movimiento mecánico se da en el frotamiento y el choque, fenómenos que sólo se distinguen entre sí en cuanto al grado. El frotamiento puede considerarse como una serie de pequeños choques sucesivos y yuxtapuestos, y el choque como el frotamiento concentrado en  un momento y un lugar… por tanto el frotamiento y el choque determinan el paso del movimiento de masas, que es objeto de la mecánica, al movimiento molecular, objeto de la física… la electricidad y el magnetismo, que forman un apareja de hermanos gemelos a la manera que la del calor y la luz, no solo se truecan la una en la otra y viceversa, sino que se convierten, asimismo, en luz y en calor, así como también en movimiento mecánico. ”
Woods: “Se puede trazar una analogía bastante exacta entre este ejemplo, aparentemente simple, que se puede observar miles de veces en la vida cotidiana, con los procesos de la fisión nuclear. El propio núcleo no está en descanso, sino en un estado de cambio constante. En una mil billonésima fracción de segundo, se producen miles de millones de colisiones de partículas al azar.  Constantemente están entrando y saliendo partículas del núcleo. Sin embargo, el núcleo se mantiene unido por lo que a menudo se describe como la fuerza "fuerte". Se mantiene en un estado de equilibrio inestable, "al borde del caos", en palabras de la teoría del caos”.
Como en una gota de líquido que se estremece en la medida en que las moléculas se mueven en su interior, las partículas están constantemente moviéndose, transformándose, intercambiando energía. Y como en una gota que ha aumentado de tamaño, en un núcleo más grande, el vínculo entre las partículas es menos estable, y es más probable que se rompa. La constante liberación de partículas alfa de la superficie del átomo reduce su tamaño y lo hace más firme. Como resultado puede pasar a ser estable. Pero se descubrió que bombardeando un núcleo grande con neutrones se puede provocar su estallido, liberando parte de la enorme cantidad de energía encerrada en el átomo. Este es el proceso de fisión nuclear. Este proceso puede tener lugar incluso sin la introducción de partículas del exterior. El proceso de fisión espontánea (descomposición radio activa) está en funcionamiento en todo momento. En un segundo en una libra de uranio se producen cuatro fisiones espontáneas, y unos ocho millones de núcleos emiten partículas alfa. Cuanto más pesado es el núcleo, más probable es el proceso de fisión.
Max Planck Institute: El excelente estudio publicado por el Max Planck, titulado “Solar Force-free Magnetic Fields”, muestra por vez primera una visión sistémica de las fuerzas del campo de plasma solar y su potencial magnético. El Potencial magnético de generación de energía es estudiado de forma global utilizando modelos de simulación para el análisis de los campos magnéticos lineales y las configuraciones toroidales de las emisiones de energía”.
La descomposición y formulación de las Emisiones de Masa Coronaria y las corrientes de plasma energético procedentes de las distintas capas del Sol, muestra que las fuerzas son toroidales, y también explican diferentes diagramas para entender los flujos de energía que se producen en las denominadas Tormentas Solares.




En el estudio se analiza la formación, flujo y formulación de los campos magnéticos de plasma que dan lugar a las anteriores estructuras toroidales que conforman las “solar flares”.
Woods: “demostrado que las estrellas y otros cuerpos celestes tienen una historia, un nacimiento, una vida y una muerte, gigantes y rarificadas en su juventud; azules, calientes y radiantes en la mitad de la vida; contraídas, densas y rojas de nuevo en su vejez. Las observaciones astronómicas con potentes telescopios nos han permitido acumular gran cantidad de información. Sólo en Harvard ya se habían clasificado un cuarto de millón de estrellas en cuarenta tipos diferentes, antes de la Segunda Guerra Mundial, gracias al trabajo de Annie J. Cannon. Ahora se conocen muchas más gracias a los radiotelescopios y la exploración espacial”.
El astrónomo inglés Fred Hoyle ha realizado una investigación detallada de la vida y la muerte de las estrellas. El combustible de las estrellas es la fusión de hidrógeno en helio en su núcleo. Una estrella en su estadio inicial cambia poco de temperatura o de tamaño. Esta es la etapa actual de nuestro sol. Sin embargo, más pronto o más tarde el hidrógeno que se consume en el centro a gran temperatura se convierte en helio. Este se acumula en el núcleo hasta que, cuando alcanza cierto tamaño, la cantidad se transforma en calidad. Se produce un cambio dramático, provocando un salto repentino de tamaño y temperatura. La estrella se expande enormemente, mientras que su superficie pierde calor. Se convierte en una gigante roja.
Según esta teoría, el helio del núcleo se contrae, elevando la temperatura hasta el punto en que el núcleo de helio se funde creando carbón y liberando más energía. Según se calienta se contrae todavía más. En este momento, la vida de la estrella llega rápidamente a su final, ya que la energía producida por la fusión del helio es mucho menor que la producida por la fusión del hidrógeno. En un momento dado el nivel de energía empieza a caer por debajo del necesario para mantener la expansión de la estrella contra su propio campo gravitatorio. La estrella se contrae rápidamente, colapsando sobre sí misma para convertirse en una enana roja, rodeada por un halo de gas, los restos de las demás capas fundidas por el calor de la contracción. Estas son las bases de las nebulosas planetarias. La estrella puede permanecer en este estado durante largo tiempo, enfriándose lentamente, hasta que ya no tiene suficiente energía como para brillar. Acaba siendo una enana blanca.
Sin embargo estos procesos parecen bastante tranquilos en comparación al escenario planteado por Hoyle para las estrellas más grandes. Cuando una estrella grande llega a un estadio tardío de desarrollo, en el que su temperatura interna llega a 3-4.000 millones de grados, se empieza a formar hierro en su núcleo. Nótese la ley de tránsito de cantidad a calidad, llegados a cierto punto la temperatura alcanza tal grado que los átomos de hierro se escinden para formar helio. En este momento la estrella colapsa sobre sí misma en más o menos un segundo. Un colapso de este tipo provoca una violenta explosión que hace salir despedido todo el material externo al centro de la estrella. Esto es lo que se conoce como supernova, como la que asombró a los astrónomos chinos en el siglo XI.
Surge la cuestión de qué sucede si una estrella grande sigue colapsando bajo la presión de su propia gravedad. Fuerzas gravitatorias inimaginables exprimirían los electrones en el espacio ya ocupado por los protones. Según una ley de la mecánica cuántica conocida como el principio de exclusión de Pauli, dos electrones no pueden ocupar el mismo estado de energía en un átomo. Es este principio el que, actuando sobre los neutrones evita un colapso mayor. En este estadio, la estrella se compone principalmente de neutrones, y de ahí su nombre. Una estrella de este tipo tiene un radio muy pequeño, quizás de 10 km., o 1/700 parte del radio de una enana roja, y con una densidad más de cien millones de veces mayor que la de ésta, ya de por sí bastante alta. Una sola caja de cerillas llena de este material pesaría tanto como un asteroide de un kilómetro de diámetro.
Tamaños de Estrella


Con tal concentración de masa, la atracción gravitatoria de una estrella de neutrones absorbería todo lo que estuviese a su alrededor. La existencia de este tipo de estrellas fue predicha teóricamente en 1932 por el físico soviético Lev Landau, y posteriormente estudiada en detalle por J. R. Oppenheimer y otros, Durante algún tiempo se dudó si estas estrellas podían existir. Sin embargo, en 1967 el descubrimiento de pulsares dentro de los restos de una supernova como la Nebulosa del Cangrejo dio lugar a la teoría de que los pulsares eran realmente estrellas de neutrones. En esto no hay nada que sea inconsistente con los principios del Materialismo Dialéctico.
Los pulsares son estrellas pulsantes, es decir que liberan rápidas explosiones de energía a intervalos regulares. Se estima que sólo en nuestra galaxia puede haber 100.000 pulsares, de los cuales ya se han localizado cientos. Se pensó que la fuente de estas potentes ondas de radio eran estrellas de neutrones. Según la teoría tendría que tener un inmenso campo magnético. Ante la atracción del campo gravitatorio de una estrella de neutrones, los electrones sólo podrían escaparse en los polos magnéticos, perdiendo energía en forma de ondas de radio en el proceso. Las cortas emisiones de ondas de radio se podrían explicar por el hecho de que la estrella de neutrones estuviese rotando. En 1969 se descubrió que la luz de una estrella tenue en la Nebulosa del Cangrejo emitía luz de forma intermitente en línea con las pulsaciones de microondas. Esta fue la primera observación de una estrella de neutrones. Después, en 1982 se descubrió un pulsar rápido, con pulsaciones 20 veces más rápidas que las de la Nebulosa del Cangrejo -642 veces por segundo-
En los años 60 se descubrieron nuevos objetos con los radiotelescopios, los quásares. A finales de la década se habían descubierto 150, algunos de ellos a unos 9.000 millones de años luz, asumiendo que el desplazamiento al rojo sea correcto. Para que podamos observar objetos a esta distancia tienen que ser entre 30 y 100 veces más luminosos que una galaxia normal. Y sin embargo parecían ser pequeños. Esto planteaba dificultades, lo que llevó a algunos astrónomos a negarse a aceptar que pudiesen estar tan lejos.
El descubrimiento de los quásares dio un apoyo inesperado a la teoría del big bang. La existencia de estrellas colapsadas con un enorme campo gravitatorio planteaba problemas que no se podían resolver con la observación directa. Este hecho abrió la puerta a una avalancha de especulaciones, incluyendo las interpretaciones más peculiares de la teoría general de la relatividad de Einstein. Como plantea Eric Lerner:
Eric Lerner: "El glamur de los misteriosos quásares atrajo rápidamente jóvenes investigadores a los cálculos de arcano de la relatividad general y de esta manera a problemas cosmológicos, especialmente aquellos de carácter matemático. Después de 1964 el número de comunicaciones publicadas en cosmología dio un salto hacia arriba, pero el crecimiento fue prácticamente todo en trabajos puramente teóricos, examinaciones matemáticas de algunos problemas de la relatividad general, que no se hacían ningún esfuerzo por comparar los resultados con las observaciones. Ya en 1964, quizás cuatro de cada cinco comunicados cosmológicos eran teóricos, cuando una década antes sólo lo eran un tercio".
  
QUASAR

Cuando una estrella se queda sin combustible, empieza a enfriarse y por lo tanto a contraerse.
Stephen Hawking: “John Michell, escribió en 1783 un artículo en el Philosophical Transactions of the Royal Society of London en el que señalaba que una estrella que fuera suficientemente masiva y compacta tendría un campo gravitatorio tan intenso que la luz no podría escapar: la luz emitida desde la superficie de la estrella sería arrastrada de vuelta hacia el centro por la atracción  gravitatoria de la estrella, antes de que pudiera llegar muy lejos. Michell sugirió que podría haber un gran número de estrellas de este tipo. A pesar de que no seríamos capaces de verlas porque su luz no nos alcanzaría, sí notaríamos su atracción gravitatoria. Estos objetos son los que hoy en día llamamos agujeros negros, ya que esto es precisamente lo que son: huecos negros en el espacio. Una sugerencia similar fue realizada unos pocos años después por el científico francés marqués de Laplace, parece ser que independientemente de Michell.”
Es necesario distinguir claramente entre agujeros negros, cuya existencia se ha deducido de una interpretación particular de la teoría de la relatividad general, y estrellas de neutrones, que han sido observadas. La idea de agujeros negros ha capturado la imaginación de millones de personas a través de los escritos de autores como Stephen Hawking. Sin embargo la existencia de agujeros negros no está universalmente aceptada, ni tampoco ha sido demostrada definitivamente. Roger Penrose, en un ensayo basado en una conferencia de la BBC Radio de 1973, describe de esta manera la teoría de los agujeros negros:
"¿Qué es un agujero negro? A efectos astronómicos se comporta como un ‘cuerpo' pequeño, altamente condensado y oscuro. Pero no es realmente un cuerpo material en el sentido normal de la palabra. No tiene superficie ponderable. Un agujero negro es una región de espacio vacío (aunque extrañamente distorsionado) que actúa como centro de atracción gravitatoria. Hubo un tiempo en el que el cuerpo material estuvo allí. Pero el cuerpo colapsó hacia adentro bajo la presión de su propia gravedad. Cuanto más se concentraba el cuerpo sobre su centro más fuerte se hacia su campo gravitatorio y el cuerpo era más incapaz de impedir que colapsase todavía más. En un momento dado se alcanzó un punto de no retorno, el cuerpo desapareció dentro de su ‘horizonte absoluto de acontecimiento'.
“La singularidad” de un agujero negro,  es una forma mística de ver la tercera ley de la dialéctica clásica; la negación de la negación. Es el regreso de la materia al origen, sobre una base cualitativamente superior. Es una espiral infinita, un toroide o un aspecto de éste. Nada más y nada menos. Resulta que las estrellas cuando consumen todo su hidrógeno, y luego el helio, comienzan a formar elementos pesados. Si la estrella es super masiva, se comienza a formar elementos tan pesados como el hierro, lo cual produce en el centro de la estrella una “singularidad”. En lenguaje dialéctico, un salto cualitativo. Nótese que la estrella súper masiva, tiene una acumulación cuantitativa que la lleva al borde del caos, es decir a un salto de calidad.
Los físicos tradicionales del siglo XX como Stephen Hawking, formulan hipótesis ilógicas, pues su formación académica careció de un marco filosófico. Claro que cualquier hipótesis es racional, pero cuando hablamos de cosmología, inevitablemente tenemos que hacer hipótesis filosóficas, no científicas,  pues la cosmología no puede ser analizada científicamente, ya que el cosmos tiene infinidad de categorías, por lo que no se le puede aplicar el “Regreso Categórico” (proceso por el cual una ciencia se convierte en tal, y/o se diferencia de otras ciencias). Stephen Hawking y cía., estudiaron la ciencia de la física, pero ni en Inglaterra ni en Estados Unidos, las ciencias son enseñadas con un marco filosófico de referencia, por lo cual sus estudiantes y sus graduados producen hipótesis filosóficamente ilógicas, que cualquier estudiante de filosofía (no occidental) de primer año podría percatarse. Ya sabemos que la Filosofía no descubre nada nuevo, es la ciencia quien lo hace. La filosofía simplemente organiza de manera lógica y coherente, la inmensidad de información que la ciencia le proporciona. Sin lugar a duda, Stephen Hawking es un físico respetado y muy profesional, pero cuando uno empieza a construir ideas partiendo de premisas falsas, inevitablemente  llega a conclusiones falsas. La singularidad no es otra cosa que el regreso al origen, la negación de la negación, la forma en que la espiral infinita de la materia se manifiesta, por ejemplo; el número “10” es la negación de la negación. Después del “9” se termina el ciclo y comienza uno nuevo. La nueva negación de la negación se produce con el número “20” pues después del “19” termina otro ciclo y comienza otro nuevo, y así sucesivamente. Vemos pues que el “0” no es una singularidad, no es el final de la materia, es simplemente el fin y el comienzo del ciclo, “es” y “no es” simultáneamente. Si aceptamos la idea de Hawking que las singularidades existen, equivaldría a pensar que después del “9” todo se acaba lo cual todos sabemos que es “ilógico”, pues tanto los números como la materia, son “infinitos”.
Por otro lado, los filósofos materialistas clásicos, también pecan. Estos dicen que las singularidades “simplemente no existen”. La razón por la cual el concepto de vacío, nada, singularidad etc. existe en la mente de los seres humanos, es porque hay algo objetivo detrás de esa idea. No significa que la nada en realidad exista, que el vacío en realidad exista. La singularidad es simplemente un estado especial de existencia de la materia, que refleja la negación de la negación, el fin de un ciclo etc. Es como una moneda tirada al aire, en un instante es= cara, en otro instante no. Es decir; es y no es (lucha de contrarios). Los Físicos tienen razón cuando hablan de singularidades, y al mismo tiempo no la tienen. Los Filósofos tienen razón al decir que las singularidades no existen, pero al mismo tiempo no tienen razón. Ambos tienen razón, todo depende del punto de vista, del momento del aquí y el ahora; del instante en que se da, se observa o se mide un fenómeno “X”. Es decir, las singularidades sí existen, pero no son lo que los físicos dicen que son. Las singularidades no son un vacío, una nada, etc. Son simplemente la manifestación de la espiral infinita, de la negación de la negación. El fin de un ciclo, y el comienzo de uno nuevo. Es la negación de una estrella, un estado especial de existencia de la materia.
Si usamos un poco de lógica materialista, en análisis de la singularidad se reduce filosóficamente así:
Estrella – No Estrella – Estrella’.
Si substituimos la segunda frase, tenemos:
Estrella – Singularidad – Estrella’.
Si seguimos con esta lógica podríamos concluir entonces:
 Estrella – Agujero negro – Estrella’. (Luz – Obscuridad – Luz’)

AGUJERO NEGRO

Entonces llegamos a la conclusión, que un “agujero negro” es simplemente una “no estrella”, es decir, la negación de una estrella. Las observaciones confirman este hecho, pues una “no estrella”, hace exactamente lo opuesto a una estrella, es decir, no produce luz, de hecho la luz misma se deforma cuando pasa cerca de una “no estrella”.
En el portal de noticias RT de fecha 25 de septiembre de 2014 se lee: “Durante décadas se pensaba que los agujeros negros nacían cuando una estrella se colapsaba bajo su propia gravedad, convirtiéndose en un único punto en el universo llamado singularidad, explica la Universidad de Carolina del Norte.
Según la teoría existente, la singularidad está rodeada por una membrana, llamada horizonte de sucesos, que demarca la zona en la que la atracción gravitacional de la singularidad es tan fuerte que al cruzar esta zona nada puede escapar de ella.
Para comprobar la inexistencia de los agujeros negros, Laura Mersini-Houghton, catedrática de física de la Universidad de Carolina del Norte, asegura haber unido dos teorías que, al parecer, son contradictorias, la Teoría de la Gravedad de Einstein y la ley fundamental de la teoría cuántica.
 La teoría de Einstein predice la formación de los agujeros negros, pero la ley fundamental de la teoría cuántica sostiene que nada puede desaparecer en el universo. Los intentos de combinar estar dos teorías conducían al absurdo, y se conocían con el nombre de la paradoja de pérdida de información.
 En 1974, Stephen Hawking utilizó la mecánica cuántica para demostrar que los agujeros negros emiten radiación. Pero ahora, Mersini-Houghton, que está de acuerdo con la idea de que el colapso de una estrella produce radiación, dice haber demostrado que cuando una estrella emite radiación, su masa se reduce y, en consecuencia, no tiene densidad suficiente para que se forme un agujero negro. 

 Muchos físicos y astrónomos creen que nuestro universo nació de una singularidad y empezó a expandirse con el Big Bang. No obstante, si las singularidades no existen, los físicos tendrían que reconsiderar sus ideas.”

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