4.4.5 Estrellas y Agujeros negros
La acumulación cuantitativa generada por la contradicción
entre la materia en reposo relativo, donde predomina la fuerza gravitatoria, y
la fuerza en movimiento relativo, donde predomina la fuerza electronuclear,
produce la transformación que deviene en el Big Bang cíclico, es decir; el fin
de un cosmos y el inicio de otro. La contradicción continúa y la acumulación
cuantitativa generada por la contradicción entre la materia en reposo relativo
(Gravedad) y la materia en movimiento relativo (Fuerza Electronuclear), produce
la transformación que deviene en partículas subatómicas, cuya interacción
contradictoria produce un salto cualitativo, formando un átomo. Varios átomos
cuantitativamente se acumulan y se agrupan según mas se parezcan entre sí,
formando moléculas. Moléculas parecidas se agrupan entre sí, formando la
acumulación cuantitativa y cualitativa que produce los Elementos. La
acumulación cuantitativa del Hidrógeno, produce estrellas, y la acumulación
cuantitativa del material estelar, produce un salto cualitativo, hacia una “no
estrella” (Agujero Negro).
Stephen Hawking: “Alrededor
de cien segundos después del big bang, la temperatura habría descendido a mil
millones de grados, que es la temperatura en el interior de las estrellas más calientes. A esta temperatura
protones y neutrones no tendrían ya energía suficiente para vencer la atracción
de la interacción nuclear fuerte, y habrían comenzado a combinarse juntos para
producir los núcleos de átomos de deuterio (hidrógeno pesado), que contienen un
protón y un neutrón. Los núcleos de deuterio se habrían combinado entonces con
más protones y neutrones para formar núcleos de helio, que contienen dos
protones y dos neutrones, y también pequeñas cantidades de un par de elementos
más pesados, litio y berilio. Puede calcularse que en el modelo de big bang
caliente, alrededor de una cuarta parte de los protones y los neutrones se
habría convertido en núcleos de helio, junto con una pequeña cantidad de
hidrógeno pesado y de otros elementos. Los restantes neutrones se habrían
desintegrado en protones, que son los núcleos de los átomos de hidrógeno ordinarios.”
NEBULOSA, A PARTIR DE LA CUAL SE FORMAN ESTRELLAS.
Rodrigo García Colín Carrillo: “El rompimiento del balance entre las fuerzas opuestas de la presión,
que tiende a expandir la nube y la gravedad que la tiende a contraer, o en
otras palabras, el rompimiento de su simetría como resultado de su interacción
con el resto del cosmos, provoca la condensación en grumos de estas nubes que
las colapsan gravitacionalmente. Este proceso de nacimiento de galaxias a
partir del caos puede ser visto en la nebulosa de Orión”.
El caos, la falta de simetría y homogeneidad en el cosmos,
como habíamos visto, genera orden. Según una teoría del astrofísico soviético
L. M. Orzenoi: "el cosmos primordial
se encontraba en un estado caótico, lleno de gigantescos remolinos de materia,
tal como en un líquido turbulento".
Cuando la masa implicada en el colapso gravitacional supera
el punto cualitativo de una décima parte de la masa del sol y una temperatura
de los seis millones de grados, la nube molecular comienza a romper la
enorme oposición del electromagnetismo y fusiona los protones en átomos para
formar helio a partir del hidrógeno; con esta reacción termonuclear
presenciamos el nacimiento de una estrella. No obstante las estrellas de
esta magnitud solamente producen átomos de helio y un poco de nitrógeno. Las
estrellas que tienen una masa mayor a la mitad de la del Sol producen todos los
elementos más ligeros que el hierro, entre ellos el carbono y el oxígeno, sin
los cuales, el surgimiento de la vida sería imposible. Lo más representativo
de la verdadera alquimia natural de las estrellas está en que la masa de los
átomos creados no es igual a la suma de sus partes, los átomos creados son más
ligeros que los protones de los cuales se formaron, la diferencia de masa se
manifiesta en la increíble energía de las reacciones atómicas que originan el
brillo de las estrellas. Además los protones y neutrones que forman los
átomos son cualitativamente distintos a los que se encuentra en estado libre;
en la interacción dialéctica que describimos más arriba, las partículas
subatómicas adquieren estabilidad, sin la cual decaen radiactivamente para
formar protones y electrones: las únicas partículas con cierta estabilidad (los
protones se desintegran en 1 x 1033 años) El nacimiento de estrellas y su
desarrollo se da en función de cambios graduales interrumpidos por bruscos
cambios cualitativos a través de la dinámica y tensión de fuerzas opuestas.
Una estrella típica se divide en núcleo, manto y atmósfera.
En el núcleo es donde se producen las reacciones nucleares que generan su
energía. El manto transporta dicha energía hacia la superficie y según cómo la
transporte, por convección o por radiación, se dividirá en dos zonas: radiante
y convectiva (unidad y lucha de contrarios). Finalmente, la atmósfera es la
parte más superficial de las estrellas y la única que es visible. Se divide en
cromósfera, fotósfera y corona solar. La atmósfera estelar es la zona más fría
de las estrellas y en ellas se producen los fenómenos de eyección de materia.
Pero en la corona, supone una excepción a lo dicho ya que la temperatura vuelve
a aumentar hasta llegar al millón de grados por lo menos. Pero es una
temperatura engañosa. En realidad esta capa es muy poco densa y está formada
por partículas ionizadas altamente aceleradas por el campo magnético de la
estrella. Sus grandes velocidades les confieren a esas partículas altas
temperaturas.
A lo largo de su ciclo las estrellas experimentan cambios en
el tamaño de las capas e incluso en el orden en que se disponen. En algunas la
zona radiante se situará antes que la convectiva y en otras al revés,
dependiendo tanto de la masa como de la fase de fusión en que se encuentre. Así
mismo, el núcleo también puede modificar sus características y su tamaño a lo
largo de la evolución de la estrella.
La edad de la mayoría de las estrellas del cosmos observable
oscila entre 1000 y 10,000 millones de años; aunque algunas estrellas pueden
ser incluso más viejas.
ESTRUCTURA DE UNA ESTRELLA
Engels: “Movimiento de
cuerpos que se tocan, en relación los unos con los otros - presión. Estática.
Hidrostática y gases. La palanca y otras formas de la mecánica propiamente
dicha, todas las cuales, bajo sus formas más simples de contacto, se reducen a
la fricción y el choque, que sólo difieren entre sí en cuanto al grado. Pero la
fricción y el choque, producen también otros efectos, que los naturalistas no
señalan aquí: producen, en ciertas circunstancias, sonido, calor, luz,
electricidad, magnetismo…El movimiento mecánico de masa se convierte en calor,
en electricidad, en magnetismo; el calor y la electricidad se convierten en
disociación química; a su vez, la combinación química desarrolla nuevamente
calor y electricidad y, por medio de ésta, magnetismo; y, por último, el calor
y la electricidad producen, por su parte, movimiento mecánico de masa… El
movimiento mecánico se da en el frotamiento y el choque, fenómenos que sólo se
distinguen entre sí en cuanto al grado. El frotamiento puede considerarse como
una serie de pequeños choques sucesivos y yuxtapuestos, y el choque como el
frotamiento concentrado en un momento y
un lugar… por tanto el frotamiento y el choque determinan el paso del
movimiento de masas, que es objeto de la mecánica, al movimiento molecular,
objeto de la física… la electricidad y el magnetismo, que forman un apareja de
hermanos gemelos a la manera que la del calor y la luz, no solo se truecan la
una en la otra y viceversa, sino que se convierten, asimismo, en luz y en
calor, así como también en movimiento mecánico. ”
Woods: “Se puede
trazar una analogía bastante exacta entre este ejemplo, aparentemente simple,
que se puede observar miles de veces en la vida cotidiana, con los procesos de
la fisión nuclear. El propio núcleo no está en descanso, sino en un estado de
cambio constante. En una mil billonésima fracción de segundo, se producen miles
de millones de colisiones de partículas al azar. Constantemente están entrando y saliendo
partículas del núcleo. Sin embargo, el núcleo se mantiene unido por lo que a
menudo se describe como la fuerza "fuerte". Se mantiene en un estado
de equilibrio inestable, "al borde del caos", en palabras de la
teoría del caos”.
Como en una gota de líquido que se estremece en la medida en
que las moléculas se mueven en su interior, las partículas están constantemente
moviéndose, transformándose, intercambiando energía. Y como en una gota que ha
aumentado de tamaño, en un núcleo más grande, el vínculo entre las partículas
es menos estable, y es más probable que se rompa. La constante liberación de
partículas alfa de la superficie del átomo reduce su tamaño y lo hace más
firme. Como resultado puede pasar a ser estable. Pero se descubrió que
bombardeando un núcleo grande con neutrones se puede provocar su estallido,
liberando parte de la enorme cantidad de energía encerrada en el átomo. Este es
el proceso de fisión nuclear. Este proceso puede tener lugar incluso sin la
introducción de partículas del exterior. El proceso de fisión espontánea
(descomposición radio activa) está en funcionamiento en todo momento. En un
segundo en una libra de uranio se producen cuatro fisiones espontáneas, y unos
ocho millones de núcleos emiten partículas alfa. Cuanto más pesado es el
núcleo, más probable es el proceso de fisión.
Max Planck Institute: El
excelente estudio publicado por el Max Planck, titulado “Solar Force-free
Magnetic Fields”, muestra por vez primera una visión sistémica de las fuerzas
del campo de plasma solar y su potencial magnético. El Potencial magnético de
generación de energía es estudiado de forma global utilizando modelos de
simulación para el análisis de los campos magnéticos lineales y las configuraciones toroidales de las
emisiones de energía”.
La descomposición y formulación de las Emisiones de Masa
Coronaria y las corrientes de plasma energético procedentes de las distintas
capas del Sol, muestra que las
fuerzas son toroidales, y también explican diferentes diagramas para
entender los flujos de energía que se producen en las denominadas Tormentas
Solares.
En el estudio se analiza la formación, flujo y formulación
de los campos magnéticos de plasma que dan lugar a las anteriores estructuras
toroidales que conforman las “solar flares”.
Woods: “demostrado que
las estrellas y otros cuerpos celestes tienen una historia, un nacimiento, una
vida y una muerte, gigantes y rarificadas en su juventud; azules, calientes y
radiantes en la mitad de la vida; contraídas, densas y rojas de nuevo en su
vejez. Las observaciones astronómicas con potentes telescopios nos han permitido
acumular gran cantidad de información. Sólo en Harvard ya se habían clasificado
un cuarto de millón de estrellas en cuarenta tipos diferentes, antes de la
Segunda Guerra Mundial, gracias al trabajo de Annie J. Cannon. Ahora se conocen
muchas más gracias a los radiotelescopios y la exploración espacial”.
El astrónomo inglés Fred Hoyle ha realizado una
investigación detallada de la vida y la muerte de las estrellas. El combustible
de las estrellas es la fusión de hidrógeno en helio en su núcleo. Una estrella
en su estadio inicial cambia poco de temperatura o de tamaño. Esta es la etapa
actual de nuestro sol. Sin embargo, más pronto o más tarde el hidrógeno que se
consume en el centro a gran temperatura se convierte en helio. Este se acumula
en el núcleo hasta que, cuando alcanza cierto tamaño, la cantidad se transforma
en calidad. Se produce un cambio dramático, provocando un salto repentino de
tamaño y temperatura. La estrella se expande enormemente, mientras que su
superficie pierde calor. Se convierte en una gigante roja.
Según esta teoría, el helio del núcleo se contrae, elevando
la temperatura hasta el punto en que el núcleo de helio se funde creando carbón
y liberando más energía. Según se calienta se contrae todavía más. En este
momento, la vida de la estrella llega rápidamente a su final, ya que la energía
producida por la fusión del helio es mucho menor que la producida por la fusión
del hidrógeno. En un momento dado el nivel de energía empieza a caer por debajo
del necesario para mantener la expansión de la estrella contra su propio campo
gravitatorio. La estrella se contrae rápidamente, colapsando sobre sí misma
para convertirse en una enana roja, rodeada por un halo de gas, los restos de
las demás capas fundidas por el calor de la contracción. Estas son las bases de
las nebulosas planetarias. La estrella puede permanecer en este estado durante
largo tiempo, enfriándose lentamente, hasta que ya no tiene suficiente energía
como para brillar. Acaba siendo una enana blanca.
Sin embargo estos procesos parecen bastante tranquilos en
comparación al escenario planteado por Hoyle para las estrellas más grandes.
Cuando una estrella grande llega a un estadio tardío de desarrollo, en el que
su temperatura interna llega a 3-4.000 millones de grados, se empieza a formar
hierro en su núcleo. Nótese la ley de tránsito de cantidad a calidad, llegados
a cierto punto la temperatura alcanza tal grado que los átomos de hierro se
escinden para formar helio. En este momento la estrella colapsa sobre sí misma
en más o menos un segundo. Un colapso de este tipo provoca una violenta
explosión que hace salir despedido todo el material externo al centro de la
estrella. Esto es lo que se conoce como supernova, como la que asombró a los
astrónomos chinos en el siglo XI.
Surge la cuestión de qué sucede si una estrella grande
sigue colapsando bajo la presión de su propia gravedad. Fuerzas
gravitatorias inimaginables exprimirían los electrones en el espacio ya ocupado
por los protones. Según una ley de la mecánica cuántica conocida como el
principio de exclusión de Pauli, dos electrones no pueden ocupar el mismo
estado de energía en un átomo. Es este principio el que, actuando sobre los
neutrones evita un colapso mayor. En este estadio, la estrella se compone
principalmente de neutrones, y de ahí su nombre. Una estrella de este tipo
tiene un radio muy pequeño, quizás de 10 km., o 1/700 parte del radio de una
enana roja, y con una densidad más de cien millones de veces mayor que la de ésta,
ya de por sí bastante alta. Una sola caja de cerillas llena de este material
pesaría tanto como un asteroide de un kilómetro de diámetro.
Tamaños de Estrella
Con tal concentración de masa, la atracción gravitatoria de
una estrella de neutrones absorbería todo lo que estuviese a su alrededor. La
existencia de este tipo de estrellas fue predicha teóricamente en 1932 por el
físico soviético Lev Landau, y posteriormente estudiada en detalle por J. R.
Oppenheimer y otros, Durante algún tiempo se dudó si estas estrellas podían
existir. Sin embargo, en 1967 el descubrimiento de pulsares dentro de los
restos de una supernova como la Nebulosa del Cangrejo dio lugar a la teoría de
que los pulsares eran realmente estrellas de neutrones. En esto no hay nada que
sea inconsistente con los principios del Materialismo Dialéctico.
Los pulsares son estrellas pulsantes, es decir que liberan
rápidas explosiones de energía a intervalos regulares. Se estima que sólo en
nuestra galaxia puede haber 100.000 pulsares, de los cuales ya se han
localizado cientos. Se pensó que la fuente de estas potentes ondas de radio
eran estrellas de neutrones. Según la teoría tendría que tener un inmenso campo
magnético. Ante la atracción del campo gravitatorio de una estrella de
neutrones, los electrones sólo podrían escaparse en los polos magnéticos,
perdiendo energía en forma de ondas de radio en el proceso. Las cortas
emisiones de ondas de radio se podrían explicar por el hecho de que la estrella
de neutrones estuviese rotando. En 1969 se descubrió que la luz de una estrella
tenue en la Nebulosa del Cangrejo emitía luz de forma intermitente en línea con
las pulsaciones de microondas. Esta fue la primera observación de una estrella
de neutrones. Después, en 1982 se descubrió un pulsar rápido, con pulsaciones
20 veces más rápidas que las de la Nebulosa del Cangrejo -642 veces por
segundo-
En los años 60 se descubrieron nuevos objetos con los
radiotelescopios, los quásares. A finales de la década se habían descubierto
150, algunos de ellos a unos 9.000 millones de años luz, asumiendo que el desplazamiento
al rojo sea correcto. Para que podamos observar objetos a esta distancia tienen
que ser entre 30 y 100 veces más luminosos que una galaxia normal. Y sin
embargo parecían ser pequeños. Esto planteaba dificultades, lo que llevó a
algunos astrónomos a negarse a aceptar que pudiesen estar tan lejos.
El descubrimiento de los quásares dio un apoyo inesperado a
la teoría del big bang. La existencia de estrellas colapsadas con un enorme
campo gravitatorio planteaba problemas que no se podían resolver con la
observación directa. Este hecho abrió la puerta a una avalancha de
especulaciones, incluyendo las interpretaciones más peculiares de la teoría
general de la relatividad de Einstein. Como plantea Eric Lerner:
Eric Lerner: "El glamur
de los misteriosos quásares atrajo rápidamente jóvenes investigadores a los
cálculos de arcano de la relatividad general y de esta manera a problemas
cosmológicos, especialmente aquellos de carácter matemático. Después de 1964
el número de comunicaciones publicadas en cosmología dio un salto hacia arriba,
pero el crecimiento fue prácticamente todo en trabajos puramente teóricos,
examinaciones matemáticas de algunos problemas de la relatividad general, que
no se hacían ningún esfuerzo por comparar los resultados con las observaciones.
Ya en 1964, quizás cuatro de cada cinco comunicados cosmológicos eran
teóricos, cuando una década antes sólo lo eran un tercio".
QUASAR
Cuando una estrella se queda sin combustible, empieza a
enfriarse y por lo tanto a contraerse.
Stephen Hawking: “John
Michell, escribió en 1783 un artículo en el Philosophical Transactions of the
Royal Society of London en el que señalaba que una estrella que fuera
suficientemente masiva y compacta tendría un campo gravitatorio tan intenso que
la luz no podría escapar: la luz emitida desde la superficie de la estrella
sería arrastrada de vuelta hacia el centro por la atracción gravitatoria de la estrella, antes de que
pudiera llegar muy lejos. Michell sugirió que podría haber un gran número de
estrellas de este tipo. A pesar de que no seríamos capaces de verlas porque su
luz no nos alcanzaría, sí notaríamos su atracción gravitatoria. Estos objetos
son los que hoy en día llamamos agujeros negros, ya que esto es precisamente lo
que son: huecos negros en el espacio. Una sugerencia similar fue realizada unos
pocos años después por el científico francés marqués de Laplace, parece ser que
independientemente de Michell.”
Es necesario distinguir claramente entre agujeros negros,
cuya existencia se ha deducido de una interpretación particular de la teoría de
la relatividad general, y estrellas de neutrones, que han sido observadas. La
idea de agujeros negros ha capturado la imaginación de millones de personas a
través de los escritos de autores como Stephen Hawking. Sin embargo la
existencia de agujeros negros no está universalmente aceptada, ni tampoco ha
sido demostrada definitivamente. Roger Penrose, en un ensayo basado en una
conferencia de la BBC Radio de 1973, describe de esta manera la teoría de los
agujeros negros:
"¿Qué es un agujero negro? A efectos astronómicos se
comporta como un ‘cuerpo' pequeño, altamente condensado y oscuro. Pero no es
realmente un cuerpo material en el sentido normal de la palabra. No tiene
superficie ponderable. Un agujero negro es una región de espacio vacío (aunque
extrañamente distorsionado) que actúa como centro de atracción gravitatoria.
Hubo un tiempo en el que el cuerpo material estuvo allí. Pero el cuerpo colapsó
hacia adentro bajo la presión de su propia gravedad. Cuanto más se concentraba
el cuerpo sobre su centro más fuerte se hacia su campo gravitatorio y el cuerpo
era más incapaz de impedir que colapsase todavía más. En un momento dado se
alcanzó un punto de no retorno, el cuerpo desapareció dentro de su ‘horizonte
absoluto de acontecimiento'.
“La singularidad” de un agujero negro, es una forma mística de ver la tercera ley de
la dialéctica clásica; la negación de la negación. Es el regreso de la materia
al origen, sobre una base cualitativamente superior. Es una espiral infinita,
un toroide o un aspecto de éste. Nada más y nada menos. Resulta que las
estrellas cuando consumen todo su hidrógeno, y luego el helio, comienzan a
formar elementos pesados. Si la estrella es super masiva, se comienza a formar elementos
tan pesados como el hierro, lo cual produce en el centro de la estrella una
“singularidad”. En lenguaje dialéctico, un salto cualitativo. Nótese que la
estrella súper masiva, tiene una acumulación cuantitativa que la lleva al borde
del caos, es decir a un salto de calidad.
Los físicos tradicionales del siglo XX como Stephen Hawking,
formulan hipótesis ilógicas, pues su formación académica careció de un marco
filosófico. Claro que cualquier hipótesis es racional, pero cuando hablamos de
cosmología, inevitablemente tenemos que hacer hipótesis filosóficas, no
científicas, pues la cosmología no puede
ser analizada científicamente, ya que el cosmos tiene infinidad de categorías,
por lo que no se le puede aplicar el “Regreso Categórico” (proceso por el cual
una ciencia se convierte en tal, y/o se diferencia de otras ciencias). Stephen
Hawking y cía., estudiaron la ciencia de la física, pero ni en Inglaterra ni en
Estados Unidos, las ciencias son enseñadas con un marco filosófico de
referencia, por lo cual sus estudiantes y sus graduados producen hipótesis
filosóficamente ilógicas, que cualquier estudiante de filosofía (no occidental)
de primer año podría percatarse. Ya sabemos que la Filosofía no descubre nada
nuevo, es la ciencia quien lo hace. La filosofía simplemente organiza de manera
lógica y coherente, la inmensidad de información que la ciencia le proporciona.
Sin lugar a duda, Stephen Hawking es un físico respetado y muy profesional,
pero cuando uno empieza a construir ideas partiendo de premisas falsas,
inevitablemente llega a conclusiones
falsas. La singularidad no es otra cosa que el regreso al origen, la negación
de la negación, la forma en que la espiral infinita de la materia se
manifiesta, por ejemplo; el número “10” es la negación de la negación. Después
del “9” se termina el ciclo y comienza uno nuevo. La nueva negación de la
negación se produce con el número “20” pues después del “19” termina otro ciclo
y comienza otro nuevo, y así sucesivamente. Vemos pues que el “0” no es una
singularidad, no es el final de la materia, es simplemente el fin y el comienzo
del ciclo, “es” y “no es” simultáneamente. Si aceptamos la idea de Hawking que
las singularidades existen, equivaldría a pensar que después del “9” todo se
acaba lo cual todos sabemos que es “ilógico”, pues tanto los números como la
materia, son “infinitos”.
Por otro lado, los filósofos materialistas clásicos, también
pecan. Estos dicen que las singularidades “simplemente no existen”. La razón
por la cual el concepto de vacío, nada, singularidad etc. existe en la mente de
los seres humanos, es porque hay algo objetivo detrás de esa idea. No significa
que la nada en realidad exista, que el vacío en realidad exista. La
singularidad es simplemente un estado especial de existencia de la materia, que
refleja la negación de la negación, el fin de un ciclo etc. Es como una
moneda tirada al aire, en un instante es= cara, en otro instante no. Es decir;
es y no es (lucha de contrarios). Los Físicos tienen razón cuando hablan de
singularidades, y al mismo tiempo no la tienen. Los Filósofos tienen razón al
decir que las singularidades no existen, pero al mismo tiempo no tienen razón.
Ambos tienen razón, todo depende del punto de vista, del momento del aquí y el
ahora; del instante en que se da, se observa o se mide un fenómeno “X”. Es
decir, las singularidades sí existen, pero no son lo que los físicos dicen que
son. Las singularidades no son un vacío, una nada, etc. Son simplemente la
manifestación de la espiral infinita, de la negación de la negación. El fin de
un ciclo, y el comienzo de uno nuevo. Es la negación de una estrella, un estado
especial de existencia de la materia.
Si usamos un poco de lógica materialista, en análisis de la
singularidad se reduce filosóficamente así:
Estrella – No Estrella – Estrella’.
Si substituimos la segunda frase, tenemos:
Estrella – Singularidad – Estrella’.
Si seguimos con esta lógica podríamos concluir entonces:
Estrella – Agujero
negro – Estrella’. (Luz – Obscuridad – Luz’)
AGUJERO NEGRO
Entonces llegamos a la conclusión, que un “agujero negro” es
simplemente una “no estrella”, es decir, la negación de una estrella. Las
observaciones confirman este hecho, pues una “no estrella”, hace exactamente lo
opuesto a una estrella, es decir, no produce luz, de hecho la luz misma se
deforma cuando pasa cerca de una “no estrella”.
En el portal de noticias RT de fecha 25 de septiembre de
2014 se lee: “Durante décadas se pensaba
que los agujeros negros nacían cuando una estrella se colapsaba bajo su propia
gravedad, convirtiéndose en un único punto en el universo llamado singularidad,
explica la Universidad de Carolina del Norte.
Según la teoría
existente, la singularidad está rodeada por una membrana, llamada horizonte de
sucesos, que demarca la zona en la que la atracción gravitacional de la singularidad
es tan fuerte que al cruzar esta zona nada puede escapar de ella.
Para comprobar la
inexistencia de los agujeros negros, Laura Mersini-Houghton, catedrática de
física de la Universidad de Carolina del Norte, asegura haber unido dos teorías
que, al parecer, son contradictorias, la Teoría de la Gravedad de Einstein y la
ley fundamental de la teoría cuántica.
La teoría de Einstein predice la formación de
los agujeros negros, pero la ley fundamental de la teoría cuántica sostiene que
nada puede desaparecer en el universo. Los intentos de combinar estar dos
teorías conducían al absurdo, y se conocían con el nombre de la paradoja de
pérdida de información.
En 1974, Stephen Hawking utilizó la mecánica
cuántica para demostrar que los agujeros negros emiten radiación. Pero ahora,
Mersini-Houghton, que está de acuerdo con la idea de que el colapso de una
estrella produce radiación, dice haber demostrado que cuando una estrella emite
radiación, su masa se reduce y, en consecuencia, no tiene densidad suficiente
para que se forme un agujero negro.
Muchos físicos y astrónomos creen que nuestro
universo nació de una singularidad y empezó a expandirse con el Big Bang. No
obstante, si las singularidades no existen, los físicos tendrían que
reconsiderar sus ideas.”
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