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TERCERA PARTE: ANTECEDENTES
HISTÓRICOS DE LA TEORIA UNIFICADORA DEL COSMOS
Hasta ahora he establecido que el lenguaje y metodología
necesario para explicar la teoría del Cosmos, es la Física Dialéctica con
orientación materialista, es decir el “Materialismo Filosófico Actualizado. He
explicado separadamente la evolución de los números y ecuaciones, de las
palabras y la dialéctica. Sin embargo debo aclarar que en la realidad, dicha
evolución no se ha dado de forma separada. Es decir; los números no han
evolucionado independientemente de las palabras ni viceversa. De hecho su evolución
ha estado codeterminada, a manera de symploké. Por lo tanto, a continuación
haré un resumen de los antecedentes históricos de la teoría unificadora del cosmos,
no en dos bloques separados; ecuaciones y palabras, sino como realmente se han
presentado en su devenir histórico. Ahora, esto no lo haré de manera
enciclopedista, dando únicamente “copiar” y “pegar” y haciendo un resumen, sino
que haré también una actualización de los antecedentes históricos, al estado
presente del pensamiento dialéctico, esto con el fin de que el lector vaya
formando un “formato” para entender el modelo del cosmos que aquí presento.
La necesidad de unificar las teorías, obedece a la necesidad
del ser humano de sintetizar, es decir de “darle forma” a todos los conceptos,
juicios y razonamientos de la cognición del ser humano. En el documental “La
unificación es la clave, supone nuestro objetivo” se observa la siguiente afirmación:
“La meta de física fundamental es ver
cada fenómeno de nuestro mundo, basándose cada vez en menos principios e irlos
simplificando”[1]
Stephen Hawking: “Las
leyes de la ciencia, tal como las conocemos actualmente, contienen muchas cantidades
fundamentales, como la magnitud de la carga eléctrica del electrón y la relación
entre las masas del protón y del electrón. Nosotros no podemos, al menos por el
momento, predecir los valores de esas cantidades a partir de la teoría; tenemos
que hallarlos mediante la observación. Puede ser que un día descubramos una
teoría unificada completa que prediga todas esas cantidades, pero también es posible
que algunas, o todas ellas, varíen de un cosmos a otro, o dentro de uno único….sería
muy difícil construir de un golpe una teoría unificada completa de todo el cosmos.
Así que, en lugar de ello, hemos hecho progresos por medio de teorías
parciales, que describen una gama limitada de acontecimientos y omiten otros o
los aproximan por medio de ciertos números. (La química, por ejemplo, nos
permite calcular las interacciones entre átomos, sin conocer la estructura
interna del núcleo de un átomo.) En última instancia, se tiene la esperanza de
encontrar una teoría unificada, consistente, completa, que incluiría a todas
esas teorías parciales como aproximaciones, y que para que cuadraran los hechos
no necesitaría ser ajustada mediante la selección de los valores de algunos números
arbitrarios. La búsqueda de una teoría como ésa se conoce como «la unificación
de la física». Einstein empleó la mayor parte de sus últimos años en buscar
infructuosamente esta teoría unificada, pero el momento aún no estaba maduro
(para la época de Einstein): había teorías parciales para la gravedad y para la
fuerza electromagnética, pero se conocía muy poco sobre las fuerzas nucleares.
Además, Einstein se negaba a creer en la realidad de la mecánica cuántica, a
pesar del importante papel que él había jugado en su desarrollo. Sin embargo,
parece ser que el principio de incertidumbre
es una característica fundamental del cosmos en que vivimos”…
(nótese aquí que Hawking identifica indirectamente lo que en
dialéctica se conoce como “contenido o caos”. Hawking lo llama “principio de
incertidumbre”.)
…”Una teoría unificada que tenga éxito tiene, por lo tanto, que
incorporar necesariamente este principio…las perspectivas de encontrar
una teoría como ésta parecen ser mejores ahora, ya que conocemos mucho más
sobre el cosmos. Pero debemos guardarnos de un exceso de confianza: ¡hemos
tenido ya falsas auroras! A principios de este siglo, por ejemplo, se pensaba que
todo podía ser explicado en términos de las propiedades de la materia continua,
tales como la elasticidad y la conducción calorífica. El descubrimiento de la
estructura atómica y el principio de incertidumbre pusieron un fin tajante a
todo ello. De nuevo, en 1928, el físico y premio Nobel Max Born dijo a un grupo
de visitantes de la Universidad de Gotinga, «la física, dado como la conocemos,
estará terminada en seis meses». Su confianza se basaba en el reciente
descubrimiento por Dirac de la ecuación que gobernaba al electrón. Se pensaba
que una ecuación similar gobernaría al protón, que era la otra única partícula
conocida en aquel momento, y eso sería el final de la física teórica. Sin
embargo, el descubrimiento del neutrón y de las fuerzas nucleares lo desmintió
rotundamente. Dicho esto, todavía creo que hay razones para un optimismo
prudente sobre el hecho de que podemos estar ahora cerca del final de la búsqueda
de las leyes últimas de la naturaleza”…
(Aquí Hawking muestra el mismo exceso de confianza que Max
Born, y que dicho sea de paso Hawking critica. Es decir, Hawking se está
autocriticando y aparentemente no se da cuenta de ello. Hawking ignora que el cosmos es infinito. La ciencia y la filosofía únicamente pueden
hacer aproximaciones generales, sin llegar a conocer nunca en su totalidad y en
detalle, todas las categorías del cosmos. ) Hawking continúa:
…”he descrito la
relatividad general, la teoría parcial de la gravedad, y las teorías parciales
que gobiernan a las fuerzas débil, fuerte y electromagnética. Las tres últimas
pueden combinarse en las llamadas teorías de gran unificación, o TGU, que no
son muy satisfactorias porque no incluyen a la gravedad y porque contienen
varias cantidades, como las masas relativas de diferentes partículas, que no
pueden ser deducidas de la teoría sino que han de ser escogidas de forma que se
ajusten a las observaciones. La principal dificultad para encontrar una teoría
que unifique la gravedad con las otras fuerzas estriba en que la relatividad
general es una teoría «clásica», esto quiere decir que no incorpora el principio de incertidumbre de la
mecánica cuántica. Por otra parte, las otras teorías parciales dependen de la
mecánica cuántica de forma esencial”.
En realidad, la razón
por la cual la gravedad no se puede unificar con las otras fuerzas
electronucleares, no es porque la relatividad general sea clásica y la mecánica
cuántica sea moderna como sugiere Hawking. La
razón fundamental, es que la relatividad general describe el movimiento,
gobernado por las leyes de atracción, mientras que las fuerzas
electronucleares, describen las leyes de repulsión. La atracción y la
repulsión, son simplemente antagónicas. La atracción evoluciona hacia la
materia en reposo. La repulsión hacia la materia en movimiento. El
reposo evoluciona hacia la “forma” de los fenómenos y la materia en movimiento
evoluciona hacia el “contenido de los fenómenos”. La forma de los fenómenos
constituye el “orden”. El contenido constituye “el caos”. Por esa razón, el
principio de incertidumbre, es una descripción del “caos” en la materia, y por
esto, es que el principio de incertidumbre, es relativamente inexistente en la
materia “ordenada”, “formal”, “en reposo”, es decir, en la relatividad general.
…”Un primer paso necesario,
por consiguiente, consiste en combinar la relatividad general con el principio
de incertidumbre. Como hemos visto,
ello puede tener algunas consecuencias muy notables, como que los agujeros
negros no sean negros, y que el cosmos no tenga ninguna singularidad sino que
sea completamente auto contenido y sin una frontera. El problema es,
como se explicó en el capítulo 7, que el principio de incertidumbre implica que
el espacio «vacío» está lleno de pares de partículas y antipartículas
virtuales. Estos pares tendrían una cantidad infinita de energía y, por consiguiente,
a través de la famosa ecuación de Einstein E=mc2, tendrían una cantidad
infinita de masa. Su atracción gravitatoria curvaría, por tanto, el cosmos hasta
un tamaño infinitamente pequeño.”
Hawking vislumbra que la relatividad general debe estar
unida de alguna forma con el principio de incertidumbre. Sin embargo su error
metodológico estriba precisamente en querer establecer una “ecuación” que
unifique esos dos principios. Hawking con un poco de conocimiento de
dialéctica, se daría cuenta que la contradicción universal, es insoluble y
antagónica, y esa es precisamente la causa fundamental del movimiento de la
materia ontológico general. El principio del movimiento, es la contradicción.
Mientras los científicos occidentales se quiebran la cabeza tratando de
eliminar la contradicción entre las fuerzas de atracción y las fuerzas de
repulsión, el Materialismo Dialéctico se basa precisamente en que dicha
contradicción, es el origen del movimiento. Hawking también es capaz de
vislumbrar la ley de “unidad y lucha de contrarios” cuando menciona la
“partícula y la anti partícula”, pero no logra entender su interconexión con la
pluralidad material.
Stephen Hawking: “Si
se descubriese una teoría unificada completa, sería sólo una cuestión de tiempo
el que fuese digerida y simplificada del mismo modo y enseñada en las escuelas,
al menos en términos generales. Todos seríamos capaces, entonces, de poseer alguna
comprensión de las leyes que gobiernan el cosmos y son responsables de nuestra
existencia”.
Aquí Hawking tiene razón, su problema es que pretende llegar
a dicha teoría unificadora, usando únicamente números y ecuaciones matemáticas,
lo cual es curioso pues en su libro “la historia del tiempo” no se ve ni una
sola ecuación (a excepción de la de Einstein). El explica en la introducción de
su libro, que utilizará únicamente oraciones articuladas, por consejo de su
publicista, para que su libro sea mejor vendido. Es decir, la verdad le pasa
frente a los ojos; que el movimiento de la materia es mejor explicado por medio
de palabras. Sin embargo su falta de marco filosófico dialéctico, no le permite
ver este hecho. Engels se expresa al respecto del movimiento mostrado en
matemáticas de la siguiente forma:
Engels: “El punto de
viraje de las matemáticas fue la magnitud variable de Descartes. Esto introdujo en las matemáticas el movimiento y,
con él, la dialéctica y también, por tanto, necesariamente, el cálculo
diferencial e integral, que comienza inmediatamente, a partir de ahora, y que
Newton y Leibniz, en general, perfeccionaron, pero no inventaron”.
El problema es que el “movimiento” no es formalista, sino mas
bien dialéctico, por lo cual su explicación es más perfecta si se utilizan las
palabras, que si se utilizan las ecuaciones tal y como Hawking hace.
Stephen Hawking: “Incluso
si descubriésemos una teoría unificada completa, ello no significaría que
fuésemos capaces de predecir acontecimientos en general, por dos razones. La
primera es la limitación que el principio de incertidumbre de la mecánica
cuántica establece sobre nuestra capacidad de predicción. No hay nada que
podamos hacer para darle la vuelta a esto. En la-práctica, sin embargo, esta primera
limitación es menos restrictiva que la segunda. Ésta surge del hecho de que no
podríamos resolver exactamente las ecuaciones de la teoría, excepto en
situaciones muy sencillas. (Incluso no podemos resolver exactamente el
movimiento de tres cuerpos en la teoría de la gravedad de Newton, y la
dificultad aumenta con el número de cuerpos y la complejidad de la teoría.)”
En estas últimas palabras que están entre paréntesis, se
muestra que Hawking es capaz de vislumbrar también la segunda ley de la dialéctica;
que la acumulación de cantidad se transforma en calidad de manera caótica.
Sigamos con Hawking:
…“Conocemos ya las
leyes que gobiernan el comportamiento de la materia en todas las condiciones
excepto en las más extremas. En particular, conocemos las leyes básicas que
subyacen bajo toda la química y la biología. Ciertamente, aún no hemos reducido
estas disciplinas al estado de problemas resueltos; ¡hemos tenido, hasta ahora,
poco éxito prediciendo el comportamiento humano a partir de ecuaciones matemáticas!.
Por lo tanto, incluso si encontramos un conjunto completo de leyes básicas,
quedará todavía para los años venideros la tarea intelectualmente retadora de
desarrollar mejores métodos de aproximación, de modo que podamos hacer
predicciones útiles sobre los resultados probables en situaciones complicadas y
realistas. Una teoría unificada completa, consistente, es sólo el primer paso: nuestra
meta es una completa comprensión de lo que sucede a nuestro alrededor y de
nuestra propia existencia”
Según Hawking, el principio de incertidumbre, es como un
pequeño monstruo con el cual no hay otro camino más que aceptarlo. Lo que aquí
sucede, es que Hawking ignora que el cosmos está dividido en dos grandes
categorías: Orden y Caos. El orden se expresa por medio de la “forma” que la
materia ontológico general adquiere. El caos se expresa por medio de “el
contenido” de la materia ontológico general. Donde Hawking ve un pequeño monstruo, en realidad existe un monstruo
más grande. Tan grande, como todo el orden de todas sus ecuaciones: El caos subyacente,
en cada forma estable de la materia.
Sin embargo como veremos en la próximas páginas, el caos
inherente del cosmos, se termina colando, hacia el pensamiento científico. Y no
puede ser de otra forma, pues el pensamiento es reflejo de la materia. El
problema recae, en que el reflejo de lo caótico, ha sido objeto de toda una
campaña para ser erradicado por la física y la ciencia. La materia es ordenada y caótica, por lo tanto
su reflejo en la realidad subjetiva, también será ordenado y caótico. No hay
nada que se pueda hacer al respecto. Por mucho que los físicos científicos se
esfuercen por erradicar el caos, no lo lograrán. Esa es la diferencia con el
pensamiento dialéctico, pues éste no intenta erradicar el caos, antes bien,
parte del hecho de la relación simbiótica que existe entre el caos y el orden.
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