4.1.3 El orden y el caos (Determinisno Vs Indeterminismo)
Con respecto al caos, dice Hawking:
“Imagine un vaso de agua cayéndose de una mesa
y rompiéndose en pedazos en el suelo. Si usted lo filma en película, puede
decir fácilmente si está siendo proyectada hacia adelante o hacia atrás. Si la
proyecta hacia atrás verá los pedazos repentinamente reunirse del suelo y
saltar hacia atrás para formar un vaso entero sobre la mesa. Usted puede decir
que la película está siendo proyectada hacia atrás porque este tipo de
comportamiento nunca se observa en la vida ordinaria. Si se observase, los
fabricantes de vajillas perderían el negocio. La explicación que se da
usualmente de porqué no vemos vasos rotos recomponiéndose ellos solos en el
suelo y saltando hacia atrás sobre la mesa, es que lo prohíbe la segunda ley de
la termodinámica. Esta ley dice que en cualquier sistema cerrado el desorden, o
la entropía, siempre aumenta con el tiempo. En otras palabras, se trata de una
forma de la ley de Murphy: ¡las cosas siempre tienden a ir mal! Un vaso intacto
encima de una mesa es un estado de orden elevado, pero un vaso roto en el suelo
es un estado desordenado. Se puede ir desde el vaso que está sobre la mesa en
el pasado hasta el vaso roto en el suelo en el futuro, pero no así al revés”.
¿No se puede volver a armar el vaso roto?. Teóricamente los
avances en la ciencia aplicada, podrían permitir reconstruir el vaso, quizás no
al estado perfectamente original, pero sería una aproximación muy cercana. Lo
mismo para el agua derramada, teóricamente se podría recoger si no toda, casi
la totalidad de agua, para depositarla en el vaso recién construido. ¿Puede
hacer esto un animal?, no. Pero nosotros los seres humanos, ciertamente
podemos, o al menos ese es nuestro ideal que nos impulsa a ir adelante: “darle
orden al caos”. ¿Significa que solamente la inteligencia es igual al orden en
el cosmos?, claro que no. La materia fluye en dos direcciones, hacia el caos y
hacia el orden. La inteligencia es simplemente la máxima expresión del orden.
La materia en movimiento (fuerza electronuclear), tiende a
ir hacia el caos. La materia en reposo (fuerza gravitatoria) tiende a ir hacia
el orden. Los entes están formados por una relación dialéctica entre estos dos
tipos de materia. Una estrella por ejemplo, tiene materia en reposo (relativo)
que le permite estructurar la forma, y materia en movimiento; el calor que
quiere escapar del halo gravitatorio, pero este se lo impide. Una estrella, es
el ejemplo perfecto de la relación entre materia en reposo relativo y materia
en movimiento.
Este problema fue estudiado a fondo por la termodinámica,
tan influyente para la ciencia como los trabajos de Newton, bajo la ley de la
entropía creciente. La entropía puede entenderse como una "[...] disminución irreversible de la aptitud para transformarse y
efectuar un trabajo" (Morin, 1988. p. 51)2 por ejemplo, de una máquina
(Morin, 1988, p. 51)3. Es irreversible porque inicia bajo unas condiciones
termodinámicas iniciales y, para un tiempo “t” dado se encuentra en un estado
donde la pérdida de energía es notable, es irreversible porque no puede
regresarse al punto inicial; (esta idea alejaba a la termodinámica de la
mecánica newtoniana). Al respecto señalan Peat y Briggs: "En la dimensión del espacio es posible moverse en cualquier
dirección ejerciendo una fuerza, pero ninguna fuerza cambia nuestro paso por el
tiempo. Es imposible volverse más joven. El tiempo tiene una flecha
unidireccional y la termodinámica nos indica cómo distinguir esa dirección. La
flecha del tiempo siempre apunta hacia un aumento de la entropía"
(Briggs, John y Peat, David, 1989, p. 170). La flecha señala inexorablemente
hacia la muerte.
A finales del siglo XIX, Boltzmann propuso el empleo de la
mecánica de Newton en la termodinámica, siempre y cuando que se presumiera la
existencia de átomos y moléculas. La estrategia de Boltzmann era sutil: decía
que las moléculas individuales obedecían las leyes de Newton, reversibles, pero
como eran tantas y en permanentes choques, que sus trayectorias se hacían
aleatorias. Entonces pensó en calcular valores promedio usando teoría
estadística. Había sentado las bases de la mecánica estadística. Boltzmann
demostró además que el calor era movimiento molecular y que la entropía no era
otra cosa que caos molecular. "[...]
El orden y la estructura siempre deben ceder ante el desorden y el caos"
(Stengers, l. and Prigogine, l. 1983).
Los físicos pensaban entonces que el destino final del
cosmos era la muerte térmica y mientras que el desorden predominaba y hacía la
energía des aprovechable, la energía útil y ordenada degenera en lo que podemos
conocer como equilibrio: Equilibrio es el estado máximo de entropía. “En el equilibrio, la energía útil se ha
disipado en los espasmos esporádicos del movimiento browniano"
(Stengers, l. and Prigogine, l., 1983). Esto parecía muy sólido, pero no
permitía explicar cómo era la teoría de la evolución de las especies de Darwin
en biología. Las preguntas que se originaban de esta confrontación pueden
resumirse como sigue: "¿Cómo es posible? ¿Cómo puede la vida aparecer,
sostenerse y desplegar un crecimiento organizativo ante la marcha universal de
la entropía? ¿Es la vida un mero proceso aleatorio? ¿O el cosmos, a pesar de su
aparente tendencia hacia lo aleatorio, de alguna manera crece y evoluciona? ¿Se
deben ensanchar las leyes de la termodinámica para incluir la emergencia de
sistemas nuevos y novedosos?" (Stengers, l. and Prigogine, l., 1983).
Ivan: “El trabajo de
Prigogine sobre la evolución de sistemas dinámicos demostró que el
desequilibrio es la condición necesaria para el crecimiento de un sistema.
Denominó a estos sistemas estructuras disipativas, porque disipaban su energía
para recrearse a sí mismos dentro de nuevas formas de organización; por esta
razón estos sistemas se conocen como sistemas auto organizadores o auto renovadores.
Además las estructuras disipativas en química también enseñan una verdad
paradójica, demostrando cómo el desorden pueden ser también la fuente de un
nuevo orden; el término de estructuras disipativas fue propuesto por
Prigogine con el fin de explicar un proceso de contradicción inherente entre la
evolución y la entropía, Prigogine encontró que esta actividad disipativa
desempeñaba un papel central en la creación de nuevas estructuras. En estos
procesos, un sistema podía abandonar su forma presente para reemerger en una
mejor forma a las demandas del ambiente actual…En la vida, el tema no es el
control, sino la conectividad dinámica" (Jantsch, 1980, p. 196). Este
autor se apalancaría en las nociones de Prigogine para desarrollar el concepto
de "co evolución". Jantsch se preguntaba si una estructura disipativa
puede entenderse como una estructura material que organiza energía o como una
estructura de energía capaz de organizar el flujo del material. La información
organiza la materia en la forma, lo cual produce estructuras físicas. La co
evolución es un enfoque estructural disipativo del origen de las especies.
Supera la adaptación y la lucha por la supervivencia donde ganan los más
fuertes. Esto puede decirlo al reflexionar de la siguiente manera: "Las
formas de vida más primitiva eran de lejos las más adaptadas. Si el significado
de la evolución estaba en la adaptación y en aumentar las probabilidades de
supervivencia, como se afirma a menudo, el desarrollo de organismos más
complejos habría sido inútil e incluso erróneo" (Briggs y Peat, 1989, p. 210.
Jantsch, 1980).”
La formación de un tornado, a partir del caos, demuestra que
la entropía es solamente una abstracción. Es solamente la explicación de uno de
los aspectos del ente; El de la materia en movimiento. Recordemos que todo ente
tiene materia en movimiento (fuerza electronuclear) pero también tiene materia
en reposo relativo (fuerza gravitatoria).
A continuación
comenzare a nombrar las entidades conocidas, desde la más simple hasta la más
compleja. Cada entidad tiene este aspecto bifacético: Materia en reposo (fuerza
gravitatoria) en una lucha constante contra la Materia en Movimiento (fuerza
electronuclear). Lo que ambas (la materia en reposo y la materia en
movimiento), tienen en común; es la transformación. La transformación en la
materia en reposo, casi se esfuma, mientras que la transformación en la materia
en movimiento, es (hasta donde se sabe) igual a la velocidad de la luz. Pero
ambas, en menor o mayor medida, tienen transformación.
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