31 de marzo de 2014

2.3.3 ¿Cuál es el mejor método para explicar la teoría del “Cosmos”? (PARTE 3)

Hasta ahora he establecido que el lenguaje y metodología necesario para explicar la teoría del Cosmos, es la Física Dialéctica con orientación materialista, es decir el “Materialismo Filosófico Actualizado. He explicado separadamente la evolución de los números y ecuaciones, de las palabras y la dialéctica. Sin embargo debo aclarar que en la realidad, dicha evolución no se ha dado de forma separada. Es decir; los números no han evolucionado independientemente de las palabras ni viceversa. De hecho su evolución ha estado codeterminada, a manera de symploké. Por lo tanto, a continuación haré un resumen de los antecedentes históricos de la teoría unificadora del cosmos, no en dos bloques separados; ecuaciones y palabras, sino como realmente se han presentado en su devenir histórico. Ahora, esto no lo haré de manera enciclopedista, dando únicamente “copiar” y “pegar” y haciendo un resumen, sino que haré también una actualización de los antecedentes históricos, al estado presente del pensamiento dialéctico, esto con el fin de que el lector vaya formando un “formato” para entender el modelo del cosmos que aquí presento.
La necesidad de unificar las teorías, obedece a la necesidad del ser humano de sintetizar, es decir de “darle forma” a todos los conceptos, juicios y razonamientos de la cognición del ser humano. En el documental “La unificación es la clave, supone nuestro objetivo” se observa la siguiente afirmación: “La meta de física fundamental es ver cada fenómeno de nuestro mundo, basándose cada vez en menos principios e irlos simplificando”[1]
Stephen Hawking: “Las leyes de la ciencia, tal como las conocemos actualmente, contienen muchas cantidades fundamentales, como la magnitud de la carga eléctrica del electrón y la relación entre las masas del protón y del electrón. Nosotros no podemos, al menos por el momento, predecir los valores de esas cantidades a partir de la teoría; tenemos que hallarlos mediante la observación. Puede ser que un día descubramos una teoría unificada completa que prediga todas esas cantidades, pero también es posible que algunas, o todas ellas, varíen de un cosmos a otro, o dentro de uno único….sería muy difícil construir de un golpe una teoría unificada completa de todo el cosmos. Así que, en lugar de ello, hemos hecho progresos por medio de teorías parciales, que describen una gama limitada de acontecimientos y omiten otros o los aproximan por medio de ciertos números. (La química, por ejemplo, nos permite calcular las interacciones entre átomos, sin conocer la estructura interna del núcleo de un átomo.) En última instancia, se tiene la esperanza de encontrar una teoría unificada, consistente, completa, que incluiría a todas esas teorías parciales como aproximaciones, y que para que cuadraran los hechos no necesitaría ser ajustada mediante la selección de los valores de algunos números arbitrarios. La búsqueda de una teoría como ésa se conoce como «la unificación de la física». Einstein empleó la mayor parte de sus últimos años en buscar infructuosamente esta teoría unificada, pero el momento aún no estaba maduro (para la época de Einstein): había teorías parciales para la gravedad y para la fuerza electromagnética, pero se conocía muy poco sobre las fuerzas nucleares. Además, Einstein se negaba a creer en la realidad de la mecánica cuántica, a pesar del importante papel que él había jugado en su desarrollo. Sin embargo, parece ser que el principio de incertidumbre es una característica fundamental del cosmos en que vivimos”…  
(nótese aquí que Hawking identifica indirectamente lo que en dialéctica se conoce como “contenido o caos”. Hawking lo llama “principio de incertidumbre”.)
…”Una teoría unificada que tenga éxito tiene, por lo tanto, que incorporar necesariamente este principio…las perspectivas de encontrar una teoría como ésta parecen ser mejores ahora, ya que conocemos mucho más sobre el cosmos. Pero debemos guardarnos de un exceso de confianza: ¡hemos tenido ya falsas auroras! A principios de este siglo, por ejemplo, se pensaba que todo podía ser explicado en términos de las propiedades de la materia continua, tales como la elasticidad y la conducción calorífica. El descubrimiento de la estructura atómica y el principio de incertidumbre pusieron un fin tajante a todo ello. De nuevo, en 1928, el físico y premio Nobel Max Born dijo a un grupo de visitantes de la Universidad de Gotinga, «la física, dado como la conocemos, estará terminada en seis meses». Su confianza se basaba en el reciente descubrimiento por Dirac de la ecuación que gobernaba al electrón. Se pensaba que una ecuación similar gobernaría al protón, que era la otra única partícula conocida en aquel momento, y eso sería el final de la física teórica. Sin embargo, el descubrimiento del neutrón y de las fuerzas nucleares lo desmintió rotundamente. Dicho esto, todavía creo que hay razones para un optimismo prudente sobre el hecho de que podemos estar ahora cerca del final de la búsqueda de las leyes últimas de la naturaleza”…
(Aquí Hawking muestra el mismo exceso de confianza que Max Born, y que dicho sea de paso Hawking critica. Es decir, Hawking se está autocriticando y aparentemente no se da cuenta de ello.  Hawking ignora que el cosmos es infinito.  La ciencia y la filosofía únicamente pueden hacer aproximaciones generales, sin llegar a conocer nunca en su totalidad y en detalle, todas las categorías del cosmos. ) Hawking continúa:
…”he descrito la relatividad general, la teoría parcial de la gravedad, y las teorías parciales que gobiernan a las fuerzas débil, fuerte y electromagnética. Las tres últimas pueden combinarse en las llamadas teorías de gran unificación, o TGU, que no son muy satisfactorias porque no incluyen a la gravedad y porque contienen varias cantidades, como las masas relativas de diferentes partículas, que no pueden ser deducidas de la teoría sino que han de ser escogidas de forma que se ajusten a las observaciones. La principal dificultad para encontrar una teoría que unifique la gravedad con las otras fuerzas estriba en que la relatividad general es una teoría «clásica», esto quiere decir que no incorpora el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica. Por otra parte, las otras teorías parciales dependen de la mecánica cuántica de forma esencial”.
En realidad,  la razón por la cual la gravedad no se puede unificar con las otras fuerzas electronucleares, no es porque la relatividad general sea clásica y la mecánica cuántica sea moderna como sugiere Hawking. La razón fundamental, es que la relatividad general describe el movimiento, gobernado por las leyes de atracción, mientras que las fuerzas electronucleares, describen las leyes de repulsión. La atracción y la repulsión, son simplemente antagónicas. La atracción evoluciona hacia la materia en reposo. La repulsión hacia la materia en movimiento. El reposo evoluciona hacia la “forma” de los fenómenos y la materia en movimiento evoluciona hacia el “contenido de los fenómenos”. La forma de los fenómenos constituye el “orden”. El contenido constituye “el caos”. Por esa razón, el principio de incertidumbre, es una descripción del “caos” en la materia, y por esto, es que el principio de incertidumbre, es relativamente inexistente en la materia “ordenada”, “formal”, “en reposo”, es decir, en la relatividad general.
…”Un primer paso necesario, por consiguiente, consiste en combinar la relatividad general con el principio de incertidumbre. Como hemos visto, ello puede tener algunas consecuencias muy notables, como que los agujeros negros no sean negros, y que el cosmos no tenga ninguna singularidad sino que sea completamente auto contenido y sin una frontera. El problema es, como se explicó en el capítulo 7, que el principio de incertidumbre implica que el espacio «vacío» está lleno de pares de partículas y antipartículas virtuales. Estos pares tendrían una cantidad infinita de energía y, por consiguiente, a través de la famosa ecuación de Einstein E=mc2, tendrían una cantidad infinita de masa. Su atracción gravitatoria curvaría, por tanto, el cosmos hasta un tamaño infinitamente pequeño.”
Hawking vislumbra que la relatividad general debe estar unida de alguna forma con el principio de incertidumbre. Sin embargo su error metodológico estriba precisamente en querer establecer una “ecuación” que unifique esos dos principios. Hawking con un poco de conocimiento de dialéctica, se daría cuenta que la contradicción universal, es insoluble y antagónica, y esa es precisamente la causa fundamental del movimiento de la materia ontológico general. El principio del movimiento, es la contradicción. Mientras los científicos occidentales se quiebran la cabeza tratando de eliminar la contradicción entre las fuerzas de atracción y las fuerzas de repulsión, el Materialismo Dialéctico se basa precisamente en que dicha contradicción, es el origen del movimiento. Hawking también es capaz de vislumbrar la ley de “unidad y lucha de contrarios” cuando menciona la “partícula y la anti partícula”, pero no logra entender su interconexión con la pluralidad material.
Stephen Hawking: “Si se descubriese una teoría unificada completa, sería sólo una cuestión de tiempo el que fuese digerida y simplificada del mismo modo y enseñada en las escuelas, al menos en términos generales. Todos seríamos capaces, entonces, de poseer alguna comprensión de las leyes que gobiernan el cosmos y son responsables de nuestra existencia”.
Aquí Hawking tiene razón, su problema es que pretende llegar a dicha teoría unificadora, usando únicamente números y ecuaciones matemáticas, lo cual es curioso pues en su libro “la historia del tiempo” no se ve ni una sola ecuación (a excepción de la de Einstein). El explica en la introducción de su libro, que utilizará únicamente oraciones articuladas, por consejo de su publicista, para que su libro sea mejor vendido. Es decir, la verdad le pasa frente a los ojos; que el movimiento de la materia es mejor explicado por medio de palabras. Sin embargo su falta de marco filosófico dialéctico, no le permite ver este hecho. Engels se expresa al respecto del movimiento mostrado en matemáticas de la siguiente forma:
Engels: “El punto de viraje de las matemáticas fue la magnitud variable de Descartes. Esto  introdujo en las matemáticas el movimiento y, con él, la dialéctica y también, por tanto, necesariamente, el cálculo diferencial e integral, que comienza inmediatamente, a partir de ahora, y que Newton y Leibniz, en general, perfeccionaron, pero no inventaron”.
El problema es que el “movimiento” no es formalista, sino mas bien dialéctico, por lo cual su explicación es más perfecta si se utilizan las palabras, que si se utilizan las ecuaciones tal y como Hawking hace.
Stephen Hawking: “Incluso si descubriésemos una teoría unificada completa, ello no significaría que fuésemos capaces de predecir acontecimientos en general, por dos razones. La primera es la limitación que el principio de incertidumbre de la mecánica cuántica establece sobre nuestra capacidad de predicción. No hay nada que podamos hacer para darle la vuelta a esto. En la-práctica, sin embargo, esta primera limitación es menos restrictiva que la segunda. Ésta surge del hecho de que no podríamos resolver exactamente las ecuaciones de la teoría, excepto en situaciones muy sencillas. (Incluso no podemos resolver exactamente el movimiento de tres cuerpos en la teoría de la gravedad de Newton, y la dificultad aumenta con el número de cuerpos y la complejidad de la teoría.)”
En estas últimas palabras que están entre paréntesis, se muestra que Hawking es capaz de vislumbrar también la segunda ley de la dialéctica; que la acumulación de cantidad se transforma en calidad de manera caótica. Sigamos con Hawking:
…“Conocemos ya las leyes que gobiernan el comportamiento de la materia en todas las condiciones excepto en las más extremas. En particular, conocemos las leyes básicas que subyacen bajo toda la química y la biología. Ciertamente, aún no hemos reducido estas disciplinas al estado de problemas resueltos; ¡hemos tenido, hasta ahora, poco éxito prediciendo el comportamiento humano a partir de ecuaciones matemáticas!. Por lo tanto, incluso si encontramos un conjunto completo de leyes básicas, quedará todavía para los años venideros la tarea intelectualmente retadora de desarrollar mejores métodos de aproximación, de modo que podamos hacer predicciones útiles sobre los resultados probables en situaciones complicadas y realistas. Una teoría unificada completa, consistente, es sólo el primer paso: nuestra meta es una completa comprensión de lo que sucede a nuestro alrededor y de nuestra propia existencia”
Según Hawking, el principio de incertidumbre, es como un pequeño monstruo con el cual no hay otro camino más que aceptarlo. Lo que aquí sucede, es que Hawking ignora que el cosmos está dividido en dos grandes categorías: Orden y Caos. El orden se expresa por medio de la “forma” que la materia ontológico general adquiere. El caos se expresa por medio de “el contenido” de la materia ontológico general. Donde Hawking ve un pequeño monstruo, en realidad existe un monstruo más grande. Tan grande, como todo el orden de todas sus ecuaciones: El caos subyacente, en cada forma estable de la materia.
Sin embargo como veremos en la próximas páginas, el caos inherente del cosmos, se termina colando, hacia el pensamiento científico. Y no puede ser de otra forma, pues el pensamiento es reflejo de la materia. El problema recae, en que el reflejo de lo caótico, ha sido objeto de toda una campaña para ser erradicado por la física y la ciencia.  La materia es ordenada y caótica, por lo tanto su reflejo en la realidad subjetiva, también será ordenado y caótico. No hay nada que se pueda hacer al respecto. Por mucho que los físicos científicos se esfuercen por erradicar el caos, no lo lograrán. Esa es la diferencia con el pensamiento dialéctico, pues éste no intenta erradicar el caos, antes bien, parte del hecho de la relación simbiótica que existe entre el caos y el orden.



[1] El Cosmos Elegante, Entrevista a Steven Weinberg, de la universidad de Austin Texas.

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