4.4.6 Sistemas Solares
La acumulación cuantitativa generada por la contradicción
entre la materia en reposo relativo, donde predomina la fuerza gravitatoria, y
la fuerza en movimiento relativo, donde predomina la fuerza electronuclear,
produce la transformación que deviene en el Big Bang cíclico, es decir; el fin
de un cosmos y el inicio de otro. La contradicción continúa y la acumulación
cuantitativa generada por la contradicción entre la materia en reposo relativo
(Gravedad) y la materia en movimiento relativo (Fuerza Electronuclear), produce
la transformación que deviene en partículas subatómicas, cuya interacción
contradictoria produce un salto cualitativo, formando un átomo. Varios átomos
cuantitativamente se acumulan y se agrupan según mas se parezcan entre sí,
formando moléculas. Moléculas parecidas se agrupan entre sí, formando la
acumulación cuantitativa y cualitativa que produce los Elementos. La
acumulación cuantitativa del Hidrógeno, produce estrellas, y la acumulación
cuantitativa del material estelar, produce un salto cualitativo, hacia una “no
estrella” (Agujero Negro). Sin embargo si la acumulación no es suficientemente
cuantitativa para producir una “no estrella”, ésta hace un salto cualitativo
formando una súper o en algunos casos una híper nova, que desparrama los
elementos por todos lados, y estos se agrupan formando sistemas solares.
El Sistema Solar es un sistema planetario en el que se
encuentra la Tierra. Consiste en un grupo de objetos astronómicos que giran en
una órbita, por efectos de la gravedad, alrededor de una única estrella
conocida como el Sol de la cual obtiene su nombre. Se formó hace unos 4600
millones de años a partir del colapso de una nube molecular que lo creó. El
material residual originó un disco circumestelar protoplanetario en el que
ocurrieron los procesos físicos que llevaron a la formación de los planetas. Se
ubica en la actualidad en la Nube Interestelar Local que se halla en la Burbuja
Local del Brazo de Orión, de la galaxia espiral Vía Láctea, a unos 28 mil años
luz del centro de esta.
La mayor parte de su masa, aproximadamente el 99,85%, yace
en el Sol. De los numerosos objetos que
giran alrededor de la estrella, gran parte de la masa restante se concentra en
ocho planetas cuyas órbitas son prácticamente circulares y transitan dentro de
un disco casi llano llamado plano eclíptico. Los cuatro más cercanos,
considerablemente más pequeños Mercurio, Venus, Tierra y Marte, también
conocidos como los planetas terrestres, están compuestos principalmente por
roca y metal. Mientras que los planetas externos, gigantes gaseosos nombrados
también como "planetas jovianos", son sustancialmente más masivos que
los terrestres. Los dos más grandes, Júpiter y Saturno, están compuestos
principalmente de helio e hidrógeno; los gigantes helados, como también se
suele llamar a Urano y Neptuno, están formados mayoritariamente por agua
congelada, amoniaco y metano.
El Sistema Solar es también el hogar de varias regiones
compuestas por objetos pequeños. El Cinturón de asteroides, ubicado entre Marte
y Júpiter, es similar a los planetas terrestres ya que está constituido
principalmente por roca y metal, en este se encuentra el planeta enano Ceres.
Más allá de la órbita de Neptuno está el Cinturón de Kuiper y el Disco
disperso, dos zonas vinculadas de objetos transneptúnicos formados por agua,
amoníaco y metano principalmente. En este lugar existen cuatro planetas enanos
Haumea, Makemake, Eris y Plutón, el cual hasta hace poco fue considerado el
noveno miembro del sistema solar. Este tipo de cuerpos celestes ubicados más
allá de la órbita de Neptuno son también llamados plutoides, los cuales junto a
Ceres, poseen el suficiente tamaño para que se hayan redondeado por efectos de
su gravedad, pero que se diferencian principalmente de los planetas porque no
han vaciado su órbita de cuerpos vecinos.
Adicionalmente a los miles de objetos pequeños de estas dos
zonas, algunas docenas de los cuales son candidatos a planetas enanos, existen
otros grupos como cometas, centauros y polvo cósmico que viajan libremente
entre regiones. Seis planetas y tres planetas enanos poseen satélites
naturales. El viento solar, un flujo de plasma del Sol, crea una burbuja de
viento estelar en el medio interestelar conocido como heliosfera, la que se
extiende hasta el borde del disco disperso. La Nube de Oort, de la cual se cree
es la fuente de los cometas de período largo, es el límite del sistema solar y
su borde está ubicado a un año luz desde el Sol.
WeizsŠcker calculó que habría suficiente materia en los
remolinos más grandes para crear galaxias en el proceso de contracción
turbulenta, dando lugar a sub-remolinos. Cada uno de estos podría dar lugar a
sistemas solares y planetas. Hannes Alfvén hizo un estudio especial del campo
magnético del sol. En sus primeros estadios el sol estaba girando a gran
velocidad pero su campo magnético finalmente la redujo. Esto transmitió momento
angular a los planetas. La nueva versión de la teoría de Kant-Laplace, tal y
como la desarrollaron Alfvén y WeizsŠcker, ahora es aceptada como la versión
más probable de los orígenes del sistema solar.
Alfvén había demostrado la corrección de la hipótesis
nebular de Kant-Laplace. Por lo tanto, si las estrellas y planetas se pueden
formar por la acción de enormes corriente filamentarias, no hay razón para que
no se puedan formar de la misma manera sistemas solares completos:
"Nuevamente, este
proceso es idéntico, pero su tiempo es inmensamente mayor: filamentos
extendidos a lo largo de una nebulosa protogaláctica contraen el plasma en los
materiales constituyentes del sol y otras estrellas. Una vez que el material se
contrae inicialmente, la gravedad unirá a algunos, especialmente las partículas
de hielo y polvo de movimiento más lento, que entonces crearán la semilla para
el crecimiento de un cuerpo central. Además, el movimiento de vórtice del
filamento dará un momento angular a cada una de las aglomeraciones menores
dentro de él, generando un nuevo, y menor conjunto de corrientes con filamentos
y un nuevo ciclo de compresión que forma un sistema solar.”
En 1989, ésta hipótesis ahora ampliamente aceptada, fue
confirmada definitivamente cuando los científicos observaron que los ejes de
rotación de todas las estrellas en una nube determinada están alineadas con el
campo magnético de la nube, claramente una formación estelar controlada por el
campo magnético.
Rodrigo García Colín
Carrillo: “Para los tiempos humanos la estabilidad del sistema solar está
garantizada pero el tiempo es, como vimos, relativo, y para el sistema solar
los tiempos humanos no son más que suspiros; en realidad el sistema solar no se
reduce a la atracción entre dos cuerpos; las cosas se complican con la
interacción gravitatoria entre tres cuerpos y cada vez que agregamos un cuerpo,
las cosas se complican aún más; las leyes que dominan los sistemas de más de
dos cuerpos no son lineales y, por ende, son susceptibles a las condiciones
iniciales…resultó que el comportamiento de los nueve planetas, a partir de los
próximos cuatro millones de años, revela que el sistema planetario está en un
estado caótico. Para nuestra tranquilidad, esto no significa que el caos en el
sistema solar sea de tales características que se vaya a aniquilar dentro de
poco tiempo, con planetas chocando entre sí, o huyendo hacia otras galaxias,
sino que sus órbitas son impredecibles cuando se calculan para tiempos del
orden de los cien millones de años y, por lo tanto, sólo se puede anticipar que
se moverán en el espacio dentro de zonas determinadas"
Engels: “Ahora bien,
la tierra misma debe su vida solamente al calor solar y, a su vez, acaba
irradiando también en el espacio cósmico el calor recibido del sol después de
haberlo convertido, parcialmente, en otras formas de movimiento. Por tanto, en
el sistema solar y, muy especialmente, en la tierra, vemos que la atracción ha
conseguido ya un importante predominio sobre la repulsión. Sin el movimiento de
repulsión que el sol irradia hacia nosotros cesaría necesariamente todo
movimiento sobre la tierra. Si mañana se enfriara el sol, la atracción en la
tierra seguiría siendo, en igualdad de circunstancias, la misma que es hoy”.
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