29 de marzo de 2014

4.4.11 ¿Big Crunch?

4.4.11 ¿Big Crunch?


Stephen Hawking: “La teoría de la relatividad general de Einstein, por sí sola, predijo que el espacio tiempo comenzó en la singularidad del big bang y que iría hacia un final, bien en la singularidad del big Crunch ['gran crujido', 'implosión'] (si el cosmos entero se colapsase de nuevo) o bien en una singularidad dentro de un agujero negro (si una región local, como una estrella, fuese a colapsarse). Cualquier materia que cayese en el agujero sería destruida en la singularidad, y solamente el efecto gravitatorio de su masa continuaría sintiéndose afuera. Por otra parte, teniendo en cuenta los efectos cuánticos parece que la masa o energía de la materia tendría que ser devuelta finalmente al resto del cosmos, y que el agujero negro, junto con cualquier singularidad dentro de él, se evaporaría y por último desaparecería. ¿Podría la  mecánica cuántica tener un efecto igualmente espectacular sobre las singularidades del big bang y del big Crunch? ¿Qué ocurre realmente durante las etapas muy tempranas o muy tardías del cosmos, cuando los campos gravitatorios son tan fuertes que los efectos cuánticos no pueden ser ignorados? ¿Tiene de hecho el cosmos un principio y un final? Y si es así, ¿Cómo son?”
¿No es la fuerza de atracción la que predomina en la corriente de un río que se precipita a la catarata?. ¿No es la fuerza de repulsión la que predomina en una catarata cuando el agua se precipita?. “La materia fluye eternamente” (como decía Heráclito), su fluidez atractiva o repulsiva es solamente relativa. Hawking casi puede ver que la forma de la realidad objetiva es toroidal cuando hace el cuestionamiento: “Que ocurre realmente durante las etapas muy tempranas o muy tardías del cosmos?”  su mente “finita” no le permite ver que el final y el principio son básicamente la misma cosa; como el movimiento de las partículas subatómicas; “son y no son al mismo tiempo”.
La idea del “Big Crunch” no es más que un neo misticismo tal como lo explica Allan Woods:
Woods: “Esto es una vuelta a la teoría de Kant de la Cosa-en-Sí incognoscible. En el pasado, correspondía a la religión y a ciertos filósofos idealistas, como Hume y Kant, poner límites al conocimiento humano. La ciencia podía llegar hasta aquí pero no más lejos. En el momento en que no se permite avanzar a la inteligencia humana, empieza el misticismo y la religión y la irracionalidad. Sin embargo la historia de la ciencia es la historia de cómo se derribó una barrera tras otra. Lo que era supuestamente incognoscible para una generación se convertía en un libro abierto para la siguiente. Toda la ciencia se basa en la noción de que podemos conocer el cosmos. Ahora, por primera vez, los científicos están poniendo límites al conocimiento, una cosa totalmente extraordinaria y bastante triste en relación a la situación actual de la física teórica y la cosmología.”
Ya que el “Big Crunch” en esencia es muy similar a un agujero negro, a continuación se hará un análisis ontológico de un agujero negro, usando la crítica de la ley de identidad según Trotski;
Trotski: "La lógica aristotélica del silogismo simple, parte de la premisa de que A es igual a A. Este postulado se acepta como un axioma para una cantidad de acciones humanas prácticas y de generalizaciones elementales. Pero en realidad A no es igual a A. Esto es fácil de demostrar si observamos estas dos letras bajo una lente: son comple­tamente diferentes. Pero, se podrá objetar, no se trata del tamaño o de la forma de las letras, dado que ellas son solamente símbolos de cantidades iguales, por ejemplo de un kilo de azúcar. La objeción no es válida; en realidad un kilo de azúcar nunca es igual a un kilo de azúcar: una balanza delicada descubriría siempre la diferencia. Nuevamente se podría objetar: sin embargo un kilo de azúcar es igual a sí mismo. Tampoco esto es verdad: todos los cuerpos cambian constantemente de peso, color, etc. Nunca son iguales a sí mismos. Un sofista contestará que un kilo de azúcar es igual a sí mismo 'en un momento dado'. Fuera del valor práctico extremadamente dudoso de este axioma, tampoco soporta una crítica teórica. ¿Cómo concebimos real­mente la palabra 'momento'? Si se trata de un intervalo infinitesimal de tiempo, en­tonces un kilo de azúcar está sometido durante el transcurso de ese 'momento' a cambios inevitables. ¿O este 'momento' es una abstracción puramente matemática, es decir, cero tiempo? Pero todo existe en el tiempo y la existencia misma es un proceso ininterrumpido de transformación; el tiempo es en consecuencia un elemento fundamental de la existencia. De este modo el axioma A es igual a A, significa que una cosa es igual a sí misma si no cambia, es decir, si no existe.
Entonces: ¿Un agujero negro es igual a otro?. Usando la negación A no es igual a A, la respuesta a esta pregunta es: NO. Si dos agujeros negros no son iguales, entonces sus singularidades no son iguales. Si sus singularidades no son iguales, es porque no hay singularidad, es porque existe una diferencia marginal. Esa diferencia marginal obviamente es “algo”, por lo cual la idea de que las singularidades son igual a “nada” es completamente ilógica.  La singularidad no es más que la falsa y simplista manera de interpretar a la materia en reposo relativo, es decir cuando ésta tiende a ser cero movimiento, sin llegar a serlo nunca. La singularidad, es un estado especial de existencia de la materia, donde su movimiento  es prácticamente “0” pero no “0” del todo, es decir, cuando hay una negación de la negación, cuando una espiral regresa a su punto de origen, en resumen; es el centro del toroide caóticamente dialéctico, que hemos postulado anteriormente, cuya existencia se puede inferir, al analizar la reunión dialéctica entre el “9” y el “10”.
El argumento de los partidarios del Big Crunch: es que En los momentos finales, la gravedad pasa a ser la fuerza que lo domina todo, aplastando sin compasión materia y espacio. La curvatura del espacio-tiempo aumenta incluso más rápidamente. Regiones cada vez más grandes son comprimidas en volúmenes cada vez más pequeños. Según la teoría convencional, la implosión se hace infinitamente potente, aplastando toda la materia fuera de la existencia y arrasando cualquier cosa física, incluyendo el tiempo y el espacio mismos, en una singularidad espacio-temporal.
El Big Crunch no lo veo dialécticamente incorrecto, sí y solo sí: consideramos el big crunch, como el final de un ciclo, y el regreso al inicio sobre una base cualitativamente superior, para formar un nuevo ciclo, una nueva entidad.
Woods: “La idea del infinito parece difícil de captar, ya que, a primera vista, está más allá de toda experiencia humana. La mente humana está  acostumbrada a tratar con cosas finitas, reflejadas en ideas finitas. Todo tiene un principio y un final. Este es un pensamiento familiar. Pero lo que es familiar no tiene necesariamente que ser cierto. La historia del pensamiento matemático contiene algunas lecciones altamente instructivas al respecto. Durante un largo período de tiempo los matemáticos, al menos en Europa, intentaron abolir el concepto de infinito. Sus motivos eran bastante obvios. Aparte de la dificultad evidente a la hora de conceptualizar el infinito, en términos puramente matemáticos implica una contradicción. Las matemáticas tratan con magnitudes definidas. El infinito, por su propia naturaleza no se puede contar ni medir. Esto quiere decir que hay un auténtico conflicto entre los dos. Por este motivo, los grandes matemáticos de la antigua Grecia evitaban el infinito como la plaga. A pesar de eso, desde los principios de la filosofía, el hombre especuló sobre el infinito. Anaximandro (610 - 547 a. de J.C.) lo tomó como base de su filosofía”.
Las paradojas de Zenón (nacido hacia el 450 a. de J.C.) plantean la dificultad inherente en la idea de una cantidad infinitesimal como componente de magnitudes continuas intentando demostrar que el movimiento es una ilusión. Zenón "refutaba" el movimiento de diferentes maneras. Planteaba que un cuerpo en movimiento, antes de alcanzar un punto dado tenía que recorrer la mitad de la distancia. Pero antes de eso tiene que recorrer la mitad de esa mitad, y así hasta el infinito. Por lo tanto, cuando dos cuerpos se mueven en la misma dirección y el de atrás, a una distancia dada del otro, se mueve a velocidad mayor del de delante, asumimos que le alcanzara. Nos, dice Zenón. "El más rápido nunca adelantará al lento". Esta es la famosa paradoja de Aquiles el veloz. Imaginémonos una carrera entre Aquiles y una tortuga. Supongamos que Aquiles puede correr diez veces más rápido que la tortuga que sale con 1000 metros de ventaja. Cuando Aquiles haya cubierto los 1000 metros, la tortuga estará 100 metros más adelante; cuando Aquiles haya recorrido los 100 metros, la tortuga estará 10 metros más adelante; cuando Aquiles haya recorrido estos 10 metros la tortuga habrá  avanzado otro metro, y así hasta el infinito.
Las paradojas de Zenón no demuestran que el movimiento sea una ilusión, o que Aquiles en la práctica no alcanzará la tortuga, pero revelan brillantemente las limitaciones del método de pensamiento conocido como lógica formal. El intento de eliminar toda contradicción de la realidad, como hicieron los eleáticos, inevitablemente conduce a este tipo de paradojas insolubles, o antinomias como las llamó Kant más tarde. Para demostrar que una línea no se podía componer de un número infinito de puntos, Zenón planteó que si fuese así, Aquiles nunca alcanzaría la tortuga.
Como he demostrado anteriormente, las rectas del plano cartesiano, incluso usando “números inmutables” se contradice a sí misma cuando se analiza dialécticamente la relación entre el número “9” y el número “10”. Este análisis muestra que las líneas del plano cartesiano no son lineales, sino espirales. Estas espirales en cada uno de los ejes, inevitablemente forman un toroide. El toroide es la forma que adquiere el “infinito”, y no es casualidad que el infinito se represente de una manera toroidal, solamente que simplificada a un plano bidimensional:

Woods: “El más grande matemático griego, Arquímedes (287-212 a. de J.C.) utilizó efectivamente los indivisibles en geometría, pero consideraba que la idea de números infinitamente grandes o pequeños carecía de fundamento lógico. De forma parecida, Aristóteles planteó que en la medida en que un cuerpo tiene que tener una forma, tiene que estar limitado, y por lo tanto no puede ser infinito. Aunque aceptaba que había dos tipos de infinitos "potenciales" ­ adición sucesiva aritméticamente (infinitamente grande) y sucesivas subdivisiones geométricamente (infinitamente pequeño) o polemizó con otros geómetras que sostenían que un segmento de una línea se compone de una cantidad infinita de infinitesimales fijos, o indivisibles”.
Esta negación del infinito constituía una barrera real al desarrollo de las matemáticas en la Grecia clásica. En contraste, los matemáticos de la India no tenían este tipo de escrúpulos e hicieron grandes avances, que llegaron posteriormente a Europa a través de los árabes. El intento de abolir la contradicción del pensamiento, de acuerdo con los rígidos esquemas de la lógica formal retrasó el desarrollo de las matemáticas. Pero el espíritu aventurero del Renacimiento abrió las mentes de los hombres a nuevas posibilidades que eran, de hecho, infinitas. En su libro “La nueva ciencia” publicado en 1638, Galileo planteo que cada entero (número entero) sólo tiene un cuadrado perfecto, y que cada cuadrado perfecto es el cuadrado de un sólo entero positivo. Así, en cierto sentido hay tantos cuadrados perfectos como enteros positivos. Esto nos lleva inmediatamente a una contradicción lógica. Contradice el axioma de que el todo es mayor que cualquiera de sus partes, puesto que no todos los enteros positivos son cuadrados perfectos, y todos los cuadrados perfectos forman parte de todos los enteros positivos.
Esta es sólo una de las numerosas paradojas que han llenado las matemáticas desde el renacimiento, cuando los hombres empezaron a someter sus pensamientos y suposiciones a un análisis crítico. Como resultado de esto, lentamente, y enfrentándose a la tozuda resistencia de las mentes conservadoras, los axiomas supuestamente inabordables y las "verdades eternas" de las matemáticas han sido derrocadas una por una. Llegamos a un punto en que se ha demostrado que todos los cimientos del edifico son inseguros y que necesita una reconstrucción a fondo sobre bases más firmes, y a la vez más flexibles, que ya están en proceso de construcción, y que inevitablemente tendrán un carácter dialéctico.
El hecho que la sociedad esclavista llegara a su fin, no significa que la sociedad terminó, simplemente sufrió una negación; La propiedad privada sobre la tierra (Feudalismo) niega la propiedad privada sobre el ser humano (esclavismo). Siguiendo esta lógica, el capitalismo es la negación de la negación, es decir que en él, se niega la propiedad privada sobre la tierra, (como unidad principal de trabajo), con lo cual se regresa a la propiedad privada sobre el ser humano, solamente que sobre una base cualitativamente superior (salario). En ese sentido, cabe la posibilidad de que si este cosmos llegase a terminar, inevitablemente surgiría otro que niegue a este, y otro que niegue al segundo, y así sucesivamente hasta el infinito.  Por eso es que filosóficamente hablando, pensar que hay un solo cosmos, equivale a pensar que somos únicos y especiales. La relación entre el todo y las partes es contradictoria, ninguna prevalece sobre la otra. Así que es lógico pensar que lo más general no necesariamente un único cosmos, sino que este cosmos es una “parte” de un “todo” más general”.

El carácter místico del “0”, se elimina, cuando consideramos al “0” como el fin de un ciclo, y el inicio de otro, es decir, una negación de la negación.

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