29 de marzo de 2014

4.4 Materia Inorgánica (en reposo relativo)

 4.4 Materia Inorgánica (en reposo relativo)



La acumulación cuantitativa generada por la contradicción entre la materia en reposo relativo, donde predomina la fuerza gravitatoria, y la fuerza en movimiento relativo, donde predomina la fuerza electronuclear, produce la transformación que deviene en el Big Bang cíclico, es decir; el fin de un cosmos y el inicio de otro. La contradicción continúa y la acumulación cuantitativa generada por la contradicción entre la materia en reposo relativo (Gravedad) y la materia en movimiento relativo (Fuerza Electronuclear), produce la transformación que deviene en la materia inorgánica, la cual va de lo simple de las partículas subatómicas, El Átomo, Las Moléculas, Los Elementos, Las Estrellas y Agujeros negros, Sistemas Solares, Galaxias, Súper cúmulos de galáxias, la Materia Obscura y Energía obscura etc.

La materia inorgánica no está hecha de carbono y no es fabricada por los seres vivos, sino por la naturaleza en reacciones químicas. Son moléculas pequeñas y simples, como las sales, minerales, cloruros, etcétera. Todos los seres vivos estamos constituidos por una mezcla de materia orgánica e inorgánica. La materia inorgánica es la materia en reposo y la materia orgánica es la materia en movimiento; forma y contenido respectivamente. Ambas son necesarias porque desempeñan un papel fundamental en nuestra vida.

Tras el “el Big Bang”,  (sin que esto signifique que esta gran explosión fue el inicio del tiempo y el espacio) el cosmos se dilataría y se enfriaría. Aproximadamente 200 segundos después del primer instante, las  partículas elementales se reunirían para formar los isótopos de los núcleos de hidrógeno y de helio. Transcurridos unos 100 millones de años, en medio de inmensos torbellinos de gas, se formarían las primeras estrellas. A cierta distancia de la masa inicial conocida como protosol se irían produciendo masas de mayor condensación, que  serían el origen de cuerpos protoestelares separados, que se convertirían en estrellas, y a partir de ellas se separarían los  planetas.

Los satélites solares incluyendo el planeta Tierra y los demás asteroides debieron formarse de manera simultánea hace unos 4.600 millones de años.  Se puede decir que la Tierra surgió como un planeta de tamaño medio en un sistema estelar normal situado en el suburbio de una galaxia emplazada entre billones de galaxias. Una vez formado el planeta, los siguientes mil o dos mil millones de años de existencia de la Tierra debieron ser geológicamente muy inestables, debido  en parte a los grandes meteoritos que embestían contra ella y que provocarían un inmenso  calor en su superficie. Nótese aquí la unión dialéctica entre materia en reposo (tierra) y materia en movimiento (meteoritos).


La acreción de la Tierra culminó cuando se formó el núcleo terrestre, hace unos 4.400 millones de años, que se convirtió en una fuente de campo magnético. La desgasificación del núcleo y la expulsión de los gases darían lugar a la formación de la atmósfera primitiva.  Esta, la que debió existir hace unos 3.500 millones de años sería deficiente en oxígeno  y rica en dióxido de carbono (74%), agua (15%) y nitrógeno (10%).  Aquella atmósfera iría evolucionando hasta la actual, que está compuesta por un 21% de oxígeno, muy baja proporción de carbónico (0,03%), agua en estado gaseoso y una gran riqueza en nitrógeno (78%).

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